Sant Joan vivió ayer una de sus fiestas más sentidas, el Quart Diumenge, también conocida como la Festa des Pa i es Peix. Un año más, algunos vecinos salieron en romería desde la iglesia para dirigirse a Consolació con los xeremiers de Sant Joan. Una vez en el emblemático santuario, se celebró la misa solemne en honor a la Mare de Déu de Consolació con la tradicional ofrenda de flores. Para sus vecinos, el Quart Diumenge es un auténtico símbolo de identidad. El famoso milagro de Jesús de la multiplicación de los panes y los peces decora las coquetes, unas austeras pastas a base de harina, agua y aceite que se pudieron comprar, junto a las casques, en Cas Donat. Ayer se conmemoró el milagro número 397.