El ayuntamiento de Santa Margalida se ha marcado como uno de los objetivos prioritarios de esta legislatura y parte de la siguiente la renovación integral de la red de agua potable de la Vila, que según los cálculos de la institución municipal pierde hasta el 65 por ciento de todo el líquido que circula por la canalización, con las consecuentes pérdidas ambientales y económicas que ello comporta.

Las obras se han iniciado en el barrio de la Creueta de la localidad ´vilera´ y se ejecutarán en diferentes fases hasta alcanzar la totalidad del casco urbano "entre 2019 y 2020", según asegura el alcalde Joan Monjo (Convergència-El Pi).

En este sector del pueblo se ejecutan obras de sustitución de las tuberías de agua potable, las válvulas y las acometidas. También se aprovecha para arreglar las canalizaciones de aguas residuales si se observa alguna deficiencia. El alcalde Monjo explica que, en la actualidad, cuando se produce una avería en algún punto concreto de la red de agua potable "no puede aislarse por el mal estado de las válvulas, por lo que tiene que cortarse el agua a gran parte del pueblo, y la gente no lo entiende", inconveniente que quedará resuelto tras la ejecución de las obras.

El Ayuntamiento calcula que el presupuesto global de la renovación de toda la red de agua potable de Santa Margalida será de entre 1,5 y 2 millones de euros, cantidad que se invertirá "en cuatro o cinco fases" en función de la disponibilidad presupuestaria.

El alcalde añade que la sustitución de las tuberías es una necesidad urgente en el municipio por las pérdidas económicas y ambientales que conlleva y porque nunca se han realizado obras de renovación. "Dos terceras partes del agua que sale de los pozos municipales se pierde por el camino", lamenta, "y todos los gastos se multiplican por tres; es una barbaridad". Además, añade que el agua que se pierde provoca muchos problemas de humedad en los sótanos particulares de Santa Margalida.

Privatización del servicio

El alcalde Monjo no oculta su interés en privatizar el servicio de agua potable en Santa Margalida, único núcleo de población del municipio que todavía mantiene la gestión municipal, y reitera que en los casos de Can Picafort y Son Serra de Marina, donde el servicio es gestionado por una empresa privada, "las pérdidas de agua no superan el 32 por ciento".

Monjo asegura que en una próxima junta de portavoces se debatirá esta cuestión. "Yo me decanto por una externalización del servicio, porque si la empresa no reduce las pérdidas de agua no ganará dinero", apunta.

El hecho de que sea el Ayuntamiento la institución que financia las obras de sustitución de la red de agua potable en la Vila, según Monjo, redundará en unos precios más bajos cuando el servicio se adjudique a una empresa privada. "Si esta empresa no tiene que hacer la gran inversión de sustituir la red, el agua será más barata", asegura.