El inicio de las obras de renovación de la acera de la calle de la Marina, en el Port de Sóller, suscitó ayer la indignación de los comerciantes de la zona que denunciaron los perjuicios que les causará la ejecución de los trabajos. A entender de los comerciantes, las obras espantarán a los visitantes que ya se alojan en los hoteles del núcleo turístico.

Las obras que ayer se iniciaron con tensión vecinal suponen renovar la acera de la calle de la Marina y su alumbrado público en el tramo comprendido entre el camí del Cingle y la calle Iglesia. Su ejecución supone una inversión de algo más de 60.000 euros que el municipio sufraga con el Plan de Obras y Servicios del Consell de Mallorca.

Pero el inicio de los trabajos fue ayer un tanto accidentado. Tanto es así que la Policía Local mandó una patrulla para evitar que los ánimos se calentaran de demás, en tanto que varios comerciantes y restauradores de la calle se opusieron a que se iniciaran las obras, alegando los perjuicios económicos que les causarán. No obstante, y tras una reunión que se realizó a pie de obra con el arquitecto municipal y representantes de la empresa adjudicataria, la obra comenzó. Se ejecutará por fases con el fin de minimizar sus posibles efectos negativos.

Pese a ello, los comerciantes expresaron su malestar con el ayuntamiento por haber elegido estas fechas para realizar las obras, cuando, a su juicio, se podrían haber llevado a cabo entre noviembre y enero cuando la mayoría de comercios y hoteles de la zona echan el cierre por vacaciones.

"Imposición"

Los comerciantes lamentaron que hasta el viernes pasado no fueron informados de la obra que empezó ayer. Ese día fueron convocados a una reunión que se celebró el sábado por la tarde en el Port en la que varios concejales informaron del proyecto. Pero la reunión acabó en momentos de tensión por los reproches que se le hicieron al equipo de gobierno. Tras estas reunión, los comerciantes expresaron su indignación y afirmaron que la obra se realizaba en estas fechas "por imposición" del ayuntamiento sin tener en cuenta sus efectos. De hecho, los afectados reclamarán al ayuntamiento una bonificación en la tasa de ocupación de la vía pública por el tiempo que no puedan ocupar la acera.