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Pollença

Bicicletas 'a la mallorquina'

Jan-Willem Sintnicolaas se instaló en la isla y tradujo su nombre como 'J Guillem' para sus creaciones de titanio apreciadas en todo el mundo

Los aficionados al ciclismo suelen colgar en las redes fotografías con las metas alcanzadas.

Dejar atrás las prisas de la vida y volver a saborear vistas y aromas es lo que lleva cada semana a muchos aficionados al ciclismo a llenar las carreteras de la isla, una vivencia que según el diseñador de bicicletas holandés Jan-Willem Sintnicolaas, retrotrae a mucha gente a sus años de infancia: las primeras pedaladas libres, la emoción y euforia por el primer paseo, esa primera cuesta con amigos, otra forma de relacionarse con el entorno? Estas sensaciones sirven también para describir el itinerario por la vida de este experto internacional en modelos de titanio que un día hace seis años decidió vender la marca ciclista que él había creado y se trasladó con su familia a Mallorca para volver a disfrutar de todo como un niño.

"Inicialmente se trataba de un año sabático para despejar la mente y alejarnos del estrés que supone gestionar tu propia empresa -señala Sintnicolaas-, pero a los dos años sentí la necesidad de volver a hacer algo. Me preguntaba cuál era mi pasión, y me di cuenta que realmente quería volver a diseñar bicicletas". Antes había sido gerente de la compañía americana de cuadros de titanio Airbone y había creado la prestigiosa firma Van Nicholas, que vendió al grupo holandés Accel.

En ese momento ya había fijado su residencia en Pollença y toda su familia se sentía plenamente integrada, así que a la hora de plantear la nueva aventura tenía claro en qué errores del pasado no quería caer: "En Mallorca comenzamos a apreciar que hay vida más allá de comandar una exitosa empresa, así que no queríamos estar otra vez envueltos en la trampa de trabajar 24 horas".

Sería un proyecto con la perfección que se le puede pedir a un ingeniero holandés, pero reconoce que también se siente ya seducido por las cosas "no tan perfectas": "Trabajamos duro para mantener una empresa pequeña y personal. Solo tenemos cinco modelos de bicicletas y trabajamos para mejorarlas, pero no ilimitadamente, así que queremos mantener nuestros niveles de stock para que todo sea más manejable".

De esta forma nació la marca más mallorquina de bicicletas, pensada aquí hasta el último detalle, pero además, inspirada en esa filosofía que, asegura el diseñador, le transmitió Mallorca. Y es que la propia denominación de la marca, J.Guillem, muestra que el proyecto habla de cambio vital: "Así me conocen en Pollença, he pasado de Willem a Guillem, y esa es la marca". Además, los cinco modelos que fabrican tienen nombres de puntos de la isla, como son Formentor, Orient, Major, Atalaya y Tomir, en honor a cinco puntos que considera son excelentes para pedalear.

"J. Guillem cuenta nuestra historia, porque mi esposa también trabaja en el proyecto, y es una marca que se asemeja a nosotros como personas. No vendemos un producto, sino también nuestra historia. Todos intentamos encontrar el equilibrio entre trabajo, familia, amigos y deporte, y el ciclismo te permite alejarte del ritmo de vida actual", añade el emprendedor.

Sintnicolaas asegura que a la hora de diseñar bicicletas como las actuales "nos basamos en nuestros sentimientos, no hay procesos estrictos, y eso nos permite ser flexibles", pero algunos mandamientos son sagrados: "Es un producto fiable y por eso damos 100 años de garantía en nuestros cuadros de titanio, y otra cosa muy importante es que nos gusta trabajar bajo el principio de menos es más. El titanio en sí mismo ya inspira algo, no hay pintura, simplemente titanio puro". El resultado es un producto de alta calidad, lo que ha provocado comentarios elogiosos en revistas especializadas que hablan de "experiencia trascendental" o de que una ruta en una de sus creaciones "se acerca a la perfección" o es un "traje a medida".

El diseñador sigue creando cada bicicleta desde Pollença o en Holanda, los cuadros se fabrican en una de las mejores empresas orientales de titanio y se completan en Holanda, donde se chequea cada modelo. Sintnicolaas destaca que cada detalle de cada pieza o de cada soldadura está pensado para mejorar la experiencia de rodar con una J.Guillem.

De cara al futuro inmediato asegura que piensan en un crecimiento, pero "sin olvidar nuestros principios. Queremos seguir llegando a los límites de desarrollo del producto, como por ejemplo con tubos hidroformados, soportes inferiores de titanio fundido, tubos con cableado interno y los nombres de los tubos grabados con láser".

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