La alcaldesa de Andratx, Katia Rouarch, ha reconocido que se trata de una obra "muy molesta y complicada" que ha afectado a muchos vecinos, pero incide en la buena voluntad del consistorio de paliar, en la medida de lo posible, sus efectos negativos.

"Hemos abierto calles en dirección prohibida para que pasaran los proveedores y pudieran descargar con mayor facilidad" apunta Rouarch. Además, la alcaldesa asegura que la Policía Local de Andratx se ha desplazado a la obra "tres o cuatro veces" diarias para señalizar e informar a los vecinos de los cambios. "Tanto alcaldía como la policía nos hemos reunido en reiteradas ocasiones con la empresa subcontratada para que los ciudadanos noten, en menor medida, sus efectos" comenta la alcaldesa.

En ese sentido, Rouarch explica que se le pidió a la empresa, y a la propia policía, que fueran uno a uno avisando a los vecinos de la obra. "Lo hicimos con la escuela y con los coches que aparcan en esa zona", declara la andritxola, quien destaca que dentro de lo posible "han ido avisando a los ciudadanos".

"Entiendo las quejas de los comerciantes y los vecinos, pero nosotros hemos hecho todo lo que hemos podido", subraya la alcaldesa.

Desde el consistorio calculan que aún quedan, como mínimo, diez días más. Rouarch comenta que es una obra muy complicada porque la han tenido que ejecutar en cinco tramos, y en cada uno de ellos han tenido 15 días de trabajo.

Al parecer, las tuberías estaban muy estropeadas. "Es una obra que han reivindicado todos los partidos políticos. Ya era hora de ejecutarla", declara. Así lo corroboran los comerciantes. "Salía agua habitualmente", destaca Ana Puga, encargada de un supermercado.