Gori Estarellas estrenó ayer traje, corbata y cargo, el más importante de su vida, reconoció. Tomó posesión con una mano encima de la Constitución y, la otra, con un carnet socialista de Julià Oliver Sastre, datado en 1935.

Admitió en voz alta lo siguiente: "Se ha cumplido mi sueño, el de un Llucmajor diferente, dialogante, dando prioridad a los problemas reales antes que a los intereses partidistas". En esta línea, expresó un deseo: "Hacer de Llucmajor el mejor pueblo del mundo". Su discurso de investidura concluyó así: "¡Visca Llucmajor i visca Mallorca!".

En cuanto al pacto entre PSOE, Més y El Pi, lo calificó de "excelente", con gran sintonía y compromiso de mejora constante. "Queda claro que hay alternativa a las mayorías absolutas, este es un modelo a seguir por otras corporaciones", sostuvo. Reiteró que cumplirá su promesa preelectoral de destinar su sueldo de los primeros meses a becas comedor. Contactará con directoras y directores de los centros educativos con comedor para concretar esta ayuda personal. Ante algunos comentarios vecinales críticos con ello, sentenció: "¡Bienvenido sea el populismo si las promesas se cumplen!".

Por otro lado, destacó la figura del exalcalde Monserrat y reveló ser del Barça y Mallorca. Agradeció a su exsuegra que asistiera al pleno y, debido a que hubo gente que se quedó sin poder entrar, afirmó que Llucmajor, a la vista está, precisa de un nuevo y gran auditorio. Y aplaudió al equipo de gobierno: "¡Ho feis collonut!".