Centenares de personas rindieron homenaje ayer al pintor y escultor manacorí Joan Riera Ferrari. En un abarrotado Auditori en el que no cabía ni un alfiler, el artista fue recordado entre sus vecinos por su vertiente más humana. No fue el último adiós porque para ellos "sigue muy presente". "Estamos muy agradecidos por todo lo que ha hecho por nosotros durante estos años", apunta Xesc Romero, presidente de la asociación Tip Tap. Es sólo una de las entidades con las que Riera Ferrari cooperó durante sus últimos años. También lo hizo con Estel de Llevant, Aprop y Aproscom entre otras.

Multitud de artistas no quisieron perderse este emotivo acto entre los que cabe destacar a Maia Planas, la violinista Nina Heidenreich, Andreu Riera, Miquel Mestre, el guitarrista Juan Reyes. Tampoco faltaron sus amigos y familiares como Maria Magdalena Gelabert, Roser Vallès, Rafel Perelló y Ernesto Rodríguez. Entre otros rostros conocidos, asistió Toni Gomila.

Sus amigos más allegados definen a Joan Riera Ferrari como una persona humilde, trabajadora, buena persona, respetuosa, entregada y sencilla. "Siempre estaba dispuesto a ayudarnos. Fue una persona muy cercana desde el primer momento" recuerda Romero.

Un "homenaje integral" que pone en valor, más allá de su carácter artístico, su "vertiente más personal". Con este concierto se cierra el ciclo de las Serenates a l´Auba". Un proyecto que Riera Ferrari puso en marcha para ayudar a las asociaciones que más lo necesitaban.

Riera Ferrari se licenció en Bellas Artes. Después de acabar la carrera en Barcelona, regresó a Mallorca y poco después llevó a cabo su primera exposición dedicada a Federico García Lorca. Posteriormente organizó su estreno internacional en la galería Charbonel de Helsinki. El manacorí también era un gran defensor de los artistas jóvenes.