La planta embotelladora que la multinacional americana Pepsi-Cola tiene en Mallorca sobrevivirá apenas un mes o mes y medio. Fue inaugurada entre finales de los 70 y principios de los 80 en la calle de Son Llebre de es Pont d'Inca y cerrará en febrero.

Una representación de la multinacional se desplazó el jueves día 11 hasta la isla y mantuvo conversaciones con la directora general de la conselleria de Trabajo, Isabel Castro, para exponer las intenciones de la empresa de dejar de producir el refresco de cola en Mallorca. El Govern deberá iniciar el procedimiento legal previsto en estos casos una vez que reciba la documentación correspondiente.

Reuniones

La empresa también mantuvo una reunión con el concejal de Hacienda y primer teniente de alcalde de Marratxí, Miquel Cabot, para informar al ayuntamiento de sus pretensiones. Según el cargo municipal, el cierre de la planta embotelladora que pretende la empresa afectará a un total de 27 trabajadores.

En un principio la clausura se centrará en la sección dedicada a la elaboración del producto, mientras que los empleados que están adscritos al departamento de distribución mantendrán sus puestos de trabajo. La decisión por parte de la multinacional está tomada en este doble sentido: cierre de la parte de fabricación y mantenimiento de los empleados de la distribución.

A partir de ahora la empresa mantendrá reuniones con los representantes de los trabajadores afectados para hacerles llegar su oferta e intentar alcanzar un acuerdo

Las propuestas inicialmente puestas sobre la mesa son tres: prejubilaciones para aquellos trabajadores que puedan acogerse a ellas, traslado a otras fábricas que la empresa posee en la península o indemnizaciones por despido para quienes no puedan o quieran acogerse a los dos anteriores supuestos. De momento no se han iniciado las conversaciones, ya que antes la empresa ha querido hacer llegar las propuestas para su estudio al comité de empresa. Los empleados se mostraban ayer expectantes y preocupados por su futuro.

En enero de 2014 fue Coca Cola quien anunció la clausura de su planta embotelladora en Mallorca. La decisión, que a la postre resultó irreversible, generó una fuerte polémica que se tradujo en un boicot a la multinacional con sede en Atlanta. Esta actitud de miles de ciudadanos resultó entonces beneficiosa para Pepsi-Cola, que incrementó sus ventas. Ahora toma el mismo camino que su competidora.