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Lletra menuda

El insalubre urbanismo consolidado

Al torcer el brazo ante el aconsejable alcantarillado de Cala Pi, Vallgornera y es Pas, el ayuntamiento de Llucmajor no resuelve un problema. Eso es lo que intenta aparentar pero, en realidad, se ha atado a él por tiempo indefinido y lo que es peor, encadena a la misma condena a los residentes, con riesgo evidente de falta de salubridad en el sigiloso subsuelo que todo lo esconde pero guarda y nada evita.

Qué cada uno cargue con su fosa séptica, puesto que nosotros dejamos hacer. Al igual que nuestros predecesores, practicamos un urbanismo de hechos consumados, sin facilitar previsión ni aportar solución. Este es el mensaje inequívoco que transmite el ayuntamiento de Llucmajor.

Los informes técnicos de organismos especializados es el amparo esgrimido para hacer avanzar el indulto del alcantarillado obligatorio.

El piso es frágil, sirve de techo a cuevas singulares y hay un palpable peligro de derrumbe si se perfora, aunque se haga con delicadeza. Pero las cuevas no fueron descubiertas ayer. Cuando se pusieron los cimientos de casas y chalés ya eran conocidas. El problema, por tanto, no es la falta de alcantarillado, es la construcción sin orden, control ni previsión. Nada nuevo en definitiva, es una práctica habitual en Mallorca, el urbanismo de construcciones consumadas que después obliga a parchear las soluciones de modo constante y deja carencias en formato de mal crónico.

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