Muy decaída se vio ayer la -hace unos años- floreciente Fira de las Matances de Sineu. Esta feria, refundada hace años es la heredera de la más antigua tradición del mercado de Sant Tomàs, donde se compraba el pavo que iba a servir para la comida de Navidad.

No hubo aglomeraciones notables de público, de hecho, un factor indicativo es el aparcamiento, y ayer era relativamente sencillo encontrarlo cerca del centro del recinto ferial.

En el recinto de la balanza, de la plaza de es Fossar, se encontraba la exposición de cerdos cebados. Varios corrales eran la admiración del público asistente por la imponente presencia de los ejemplares, algunos superando de largo los 200 kilos, e incluso un corral con uno de ellos en venta.

Junto al recinto se colocaron unos pocos puestos artesanales: buñuelos; embutidos y derivados del cerdo, como no podía ser de otra forma; cerveza artesana, y un corral situado junto a la olivera, en el que el criador local y presidente de la Asociación de Criadores de Porc Negre Mallorquí exponía un ejemplar de cerda autóctona.

La curiosidad de la feria fue que la cerda mencionada parió en la víspera y los asistentes podían contemplar su pequeña camada de cuatro lechoncitos. Muchos niños quisieron fotografiarse junto a ellos, tomándolos en brazos.

Torres manifestó que “es un buen momento para la raza autóctona porque hay mucho interés en su cría y porque el consumidor, de cada vez más, aprecia y adquiere los productos del cerdo negro, especialmente la sobrasada”.

En los porches situados junto al referido corral podían observarse distintos aspectos y exposición de herramientas relacionadas con las matanzas. No obstante, no se efectuaron matanzas oficiales debido a problemas de permisos oficiales y el elevado riesgo de la manipulación de carne en público para el consumo humano. Quizá éste, uno de los elementos más significativos de la cita ferial, fuera el motivo por el que no hubo la asistencia de otros años, aunque muchos vendedores lo achacaron al anuncio que se había dado días antes de una posible fuerte tormenta que al final, y por fortuna, no aconteció.

Bailes

En el centro de la plaza del Fossar se llevaron a cabo demostraciones de bailes regionales, acto que sí congregó a mucho del público de la zona.

En un lateral de la plaza se colocaron puestos de feria, menos que otros años. Al igual que el vial que cruza la plaza, acostumbrado a albergar ,multitud de carpas de entidades locales, aparecía muy desierto. El ambiente era festivo, eso sí, pero no mayor que cualquier miércoles de mercado.