El Dijous de Inca tiene un grave problema de estacionalidad, el mismo que tiene Sineu, y es que están muriendo de éxito. Han ido cobrando tanto protagonismo que se han ido agrandando y agrandando hasta el punto de que en invierno sobra mercado porque no hay turismo, y en verano se llena de temporeros, muchos son auténticos pilladineros que revenden material made in China, no nos engañemos, y que vienen a hacer el agosto con los vikingos. Pues, como quiera que ahora hay un grave problema de falta de compradores, el pasado lunes los artesanos de la fireta y el Ayuntamiento decidieron en asamblea cerrar el mes de enero.
Marta Fernández mantiene viva la llama de los zapateros
Se llama Marta Fernández y es una joven emprendedora que instala su puesto de zapatos en la fireta artesanal del Dijous. Se coloca en la calle Miquel Duran y vende, como no podía ser más tradicional en Inca, zapatos artesanales. Su padre, Carlos, es quien los fabrica en un pequeño taller con varios operarios. Es la llama viva de lo que fue una industria artesana y familiar de Inca. Hace tres años que sale a los mercadillos con su producto, totalmente manufacturado en la capital del Raiguer y hace siete años que también tiene una tienda en la ciudad. Considera que el mercado artesanal debería potenciarse más "está un poco escondido y es lo más bonito del Dijous".
