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Lletra menuda

El abandono de la responsabilidad

Existen más posibilidades que nunca de desprenderse, de forma ordenada y cómoda, de las basuras y escombros. La vigilancia y la sanción para quien no lo hace de la forma establecida va siendo cada día más severa. Sin embargo, aun así, siguen proliferando vertederos incontrolados y furtivos en los cuales precisamente se abandona lo más nocivo, muchas veces metales pesados y restos con contenidos muy contaminantes.

El vertedero creciente de Son Alemany, en el término municipal de Campanet, pero con repercusiones en Búger y conexión con la carretera Inca-Alcúdia, es la última denuncia de cuanto decimos. Daña su impacto visual, su efecto y consecuencias materiales y sobre todo, lo más invisible, el alto riesgo, caso de que no se haya producido ya, de contaminar los acuíferos próximos.

Se puede hacer un inventario de las cosas más insospechadas y desagradables que llegan a depositarse en Son Alemany pero nunca olvidemos que en él se abandona, en último extremo, la responsabilidad que se da por propia y se atribuye a todo ciudadano. Si todos cumplimos con los deberes cívicos que se nos pueden exigir, no existirán basurales de la vergüenza y el peligro como el de Son Alemany.

Todos acabamos pagando la inconsciencia de unos pocos y lo hace, en primer término, el medio ambiente. No queda más remedio que seguir haciendo una pedagogía que ya dábamos por superada y al tiempo incrementar los controles para que cada uno deje la basura en el sitio adecuado.

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