En una mañana lluviosa, la entidad ecologista Gadma organizó ayer una visita a las lagunas artificiales de Can Figuera, un acto enmarcado en el programa de la Feria de Ciudades Educadoras que se celebra este fin de semana en la localidad del Raiguer, para reclamar el cumplimiento de un convenio firmado en 1994 para la recuperación de esta zona natural. Con el paso de los años, las lagunas se han naturalizado y son utilizadas como hábitat por numerosas aves migratorias, por lo que tienen una gran utilidad para el estudio de la fauna.

Estas lagunas tienen su origen en la construcción de la depuradora, ya que se adquirieron unos 90.000 metros cuadrados para depositar el agua depurada. Era el año 1994 cuando se firmó un convenio entre el Ibasan, Tirme y el ayuntamiento de Binissalem que recogía el compromiso del Govern de ejecutar unas infraestructuras para los visitantes por un importe de 60 millones de las antiguas pesetas, una inversión que a día de hoy no se ha efectuado. Por este motivo, estas lagunas no se pueden visitar por la falta de seguridad.

Un gran interés ambiental

En la visita realizada ayer, Bernat Fiol, de Gadma, explicó a la cuarentena de asistentes que estas lagunas tienen un gran interés ambiental y añadió que con la inversión que reclaman se podría construir un albergue y centros de interpretación sobre la fauna para potenciar el turismo de Binissalem, ya que "la mayoría de visitantes y de residentes en la isla desconocen esta zona humeda".

El alcalde de Binissalem, Andreu Villalonga, expuso a los presentes que el Consistorio había recuperado este proyecto y solicitado una inversión de 500.000 euros para realizarlo a través del dinero de la ecotasa, pero el Govern no seleccionó el proyecto.

Los representantes de Gadma manifestaron que continuarán su lucha para que esta deuda história que viene del año 1994 sea saldada y de esta forma se pueda realizar el proyecto. La entidad no descarta manifestarse para exigir su cumplimiento.