"En Sóller no debe de haber familias con problemas económicos". Así lo aseveró ayer Catalina Esteva, concejal del gobierno municipal, tras anunciar que tan solo 15 familias del municipio se han acogido al plan de subvenciones habilitado por el ayuntamiento para ayudar a colectivos sociales con problemas económicos al pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).

Las ayudas, que podían ascender hasta el 50% del recibo de la contribución, iban dirigidas a tres colectivos específicos: pensionistas y jubilados, familias monoparentales con hijos a cargo y personas con graves problemas económicos.

Según explicó Catalina Esteva, los motivos por los que los sollerics no han solicitado las subvenciones "es o bien porque no hay gente que tenga necesidades económicas, por desconocimiento de la ciudadanía o porque han creído que era muy complicado solicitar las ayudas".

En este sentido, el concejal de Hacienda, Josep Lluís Colom, explicó que de cara al próximo ejercicio el ayuntamiento revisará las bases que regulan la tramitación de las ayudas con el fin "de simplificar el procedimiento" y facilitar el otorgamiento de las ayudas. Colom señaló que "de cara al próximo año revisaremos las incidencias que hayan podido darse", en tanto que "el compromiso del ayuntamiento es de mantener las subvenciones".

El gobierno municipal previó una partida de 200.000 euros en los presupuestos municipales de 2017 para hacer frente a las subvenciones del IBI.

Las ayudas equivalían al 50% del recibo de este año y, para casos más excepcionales, se contemplaba que la subvención se situara en el 60%.

El pacto dejó la puerta abierta a modificar al alza la partida para ejercicios futuros en función de las demandas que se registraran este año, una cantidad que este año será más que suficiente para atender las 15 solicitudes que se han solicitado.