Inca ganará a principios del próximo año un equipamiento público muy necesario teniendo en cuenta la falta de plazas de estacionamiento que padece la ciudad. El aparcamiento público de la plaza Antoni Mateu, cerrado en el año 2012 por el PP, reabrirá sus puertas durante el primer trimestre de 2018, después de una serie de obras encaminadas a la obtención de todos los permisos municipales, y tendrá carácter gratuito durante medio año desde su reapertura, según asegura el alcalde de Inca, Virgilio Moreno (PSOE).

Posteriormente, el aparcamiento, que incluye más de 300 plazas, pasará a ser explotado por el propio ayuntamiento de Inca, según el acuerdo alcanzado con Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), entidad que, según un convenio firmado en el año 2004 con el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP, era la encargada de explotar el aparcamiento durante 35 años, si bien este convenio fue incumplido por la propia empresa ferroviaria cuando decidió cerrar el equipamiento hace cinco años de forma unilateral por las pérdidas económicas que arrastraba, cifradas en unos 90.000 euros anuales, y por las graves deficiencias que posteriormente se conocieron.

En el año 2015, el anterior equipo de gobierno del PP aprobó un nuevo conenio con SFM mediante el que el Ayuntamiento asumía la gestión del aparcamiento, cediendo de forma gratuita doce plazas a la empresa ferroviaria, que también pasó a gestionar el almacén de la estación del tren.

Actualmente, el Ayuntamiento todavía no sabe qué fórmula de explotación se aplicará en relación al aparcamiento de Antoni Mateu. El alcalde Moreno explicó a este diario que todas las obras que deben ejecutarse en el equipamiento correrán a cargo del Govern, que está a punto de adjudicar el proyecto. "En el primer trimestre de 2018, el aparcamiento estará en marcha", aseguró el regidor socialista.

Graves deficiencias

Desde su inauguración en mayo del año 2006 hasta su cierre en el año 2012, el aparcamiento de la plaza Antoni Mateu funcionó sin ningún tipo de licencia y con graves deficiencias estructurales que incumplían el propio Plan General de Ordenación Urbana de Inca, como la falta de un sistema de evacuación de humos.

Un informe del ingeniero técnico municipal del año 2007 obligó a presentar un anexo al proyecto del aparcamiento para solventar una serie de deficiencias que finalmente no fueron arregladas. El dictamen determinaba que el equipamiento no estaba ventilado de forma correcta y que el caudal de los extractores era insuficiente para conseguir seis renovaciones de aire por hora, teniendo en cuenta que la superficie es de 4.572 metros cuadrados.

También detectó irregularidades en los valores indicados en el proyecto relativos a la resistencia del equipamiento al fuego.