Los numerosos visitantes que ayer paseaban por el Dijous Bo aseguran que suelen venir cada año, aunque sea por motivos distintos. La mayoría destaca la variedad gastronómica que ofrece el evento de Inca, y también la “buena distribución” de la feria a lo largo del centro de la ciudad.

Los visitantes que llegan con niños pasan la mayor parte del tiempo en la plaza del Bestiar, donde se ubican las muestras de animales. Allí, los pequeños "disfrutan de los animales porque en la ciudad no tienen oportunidad de contemplar la variedad que hay en la feria". En la edición de este año, llamó la atención la colocación de las herraduras a los caballos.

Entre los que se prestaron a ofrecer su opinión, algunos notaron a faltar algunos animales que eran habituales en anteriores ediciones, como las vacas frisonas, que incluso tenían su propio concurso, aunque en general salían satisfechos de las muestras disponibles. Las exposiciones de porc negre siempre se encuentran entre las más visitadas.

La mayoría expresa una opinión muy favorable hacia el Dijous Bo, aunque ayer todos se quejaban del intenso calor que hacía por la mañana, principalmente cuando el sol golpeaba las principales calles del centro de Inca.

Otros se quejaron, como en años anteriores, de la gran acumulación de gente que había en las calles. "En algunas vías es muy difícil transitar por la aglomeración de visitantes, principalmente las calles Major y Pau", donde se situó la muestra de artesanos del sindicato de la Paz.

Cada uno de los entrevistados evaluó de manera positiva los actos que se llevan a cabo con motivo de la celebración del Dimecres y el Dijous Bo. A pesar de algunas pequeñas quejas, la gran mayoría de los visitantes coinciden en que el próximo año volverán al Dijous Bo, ya que es una cita ineludible en sus agendas.