Mariano es un profesor que está enamorado de su trabajo intelectual, pero al margen necesita algo que hacer con las manos. Así, lleva 35 años dedicando su tiempo libre, o gran parte de él, a construir juguetes clásicos. Su afición le ha llevado a tal grado de perfección que durante la feria del Dijous Bo se expone parte de su extensa obra en el Casal de Cultura de Inca. Una exposición con piezas tan delicadas como: tiovivos, caballos de cartón o muñecas.
¿De dónde proviene esta curiosa afición?
Nací en Alicante y allí el juguete es casi una religión. Yo estudié lenguas romances y soy catedrático de francés; doy clases en un instituto, pero siempre me ha gustado hacer juguetes. Cuando acabé la carrera comencé con ello como un pasatiempo y se ha convertido en una verdadera pasión. Me gusta trabajar con la mente, pero hacer algo con las manos me aporta el equilibrio que necesito.
¿Cuánto le cuesta esta afición?
En realidad me cuesta imaginación y trabajo. Procuro gastar lo menos posible y reciclar cuanto puedo.
¿Qué recicla, por ejemplo?
Bueno, por ejemplo las latas de conserva. Muchas de ellas son ideales, debidamente trabajadas, para construir coches en miniatura, camiones, vagones de tren. Por ejemplo, la cuba de un camión de transporte de gasolina que elaboré, y que se expone estos días en Inca, está construida partiendo de una lata de conserva de aceitunas que achaté y pinte con los colores de una petrolera. Con latas de anchoas y otras conservas he hecho las piezas del viejo bus que conectaba Palma y Alaró.
¿A la hora de ponerse a planificar y construir, con qué juguete obtiene mayor satisfacción?
Es una cuestión de inspiración. Todo tiene su momento pero a mi, particularmente, me llena de orgullo mostrar los coches de pedales que he construido. En Inca se puede ver una reproducción de un Biscúter que realicé a escala. Para construirlo partí de unas ruedas de cochecito de bebé. Con sus dimensiones calcule la proporción del resto del coche y lo construí. También muestro un Bugatti de 1924 replica del que ocasionó la muerte de la célebre bailarina estadounidense Isadora Duncan.
¿Cómo nació la industria juguetera en Alicante?
Es algo curioso puesto que se trata de una industria que nace como sucesión de otra. por ejemplo, en Denia surgió como consecuencia de la filoxera. Allí había muchos hojalateros dedicados a producir recipientes para la vendimia. Cuando la filoxera afectó a los viñedos empezaron a hacer juguetes. Igual pasó en Ibi, donde los hojalateros hacían envases para helado; con el tiempo hacer juguetes les salía más rentable.
¿Son difíciles de fabricar las muñecas?
La muñeca es una expresión artística. Tanto es así, que las fábricas que las hacían se denominaban: "Fabrica de juguete y muñecas"; es decir, era una cosa aparte. La muñeca artesanal necesita delicadeza. Se parte de moldes pero luego hay que darles expresión y procurar que sea distinta y agradable pues todos hemos visto muñecas que dan miedo.
