La revetla de Santa Maria la Major se celebró ayer con un intenso olor a humo y a Dijous Bo, pues ya solo faltan tres días la para esperada cita por parte de todos los inquenses. Más de 30 foguerons prendieron tras los tañidos de las campanas de la parroquia de Santa Maria la Major recreando la antiquísima tradición de la ciudad.

El Inc'fern, abundó en alimentar las llamas a partir de las 23 horas. Se trata de un montaje diablesco y pirotécnico que ayer celebró su tercera edición tras haberse trasladado su celebración del Dimecres Bo a la revetla de Santa Maria la Major, pórtico del Dijous Bo.

Durante todo el día se había llevado a cabo un extenso montaje que abarcaba todo el perímetro de la plaza de España. Miles de petardos y cohetes se instalaron en una inmensa traca que los diablos prendieron para gran jolgorio de los presentes. Además, el alumbrado público había sido cubierto con papel de color rojo para dar un tono más siniestro al espectáculo.

Otro de los actos que destacaron especialmente fue el Vermut Fest. Este certamen gastronómico y festivo alcanzaba también su tercera edición. Los camiones cocina tomaron la calle de Miquel Duran con su oferta gastronómica callejera. El Ayuntamiento había dispuesto bancos y mesas que fueron ocupados por los muchos paseantes que decidieron tomarse un aperitivo.

Por el precio de cinco euros podía adquirirse, además, un tiqué de consumición para varios aperitivos y un vermut.

A pesar de las exitosas novedades, la tradición no debe ser olvidada y así, como marca, anoche Inca vivió con emoción los actos previos a la festividad de Santa Maria la Major, que se celebra hoy. Las autoridades asistieron a completas en el templo parroquial a las 20,15 horas. Posteriormente se procedió a encender el fogueró de la parroquia por parte del alcalde y del párroco.