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Lletra menuda

Picardía y peligro salen a flote

El mar siempre ha sido una inmensidad de sorpresas, agradables y desagradables por igual. En todo momento hay quien quiere anegar y hacer desaparecer en él cuanto le incordia y sobra, pero el mar acaba, una y otra vez, sacando a flote, por su propio efecto natural, las pruebas, las piezas de convicción, de todo desaprensivo que intenta abusar de la inmensidad del agua para esfumar cuanto le estorba o, simplemente, sumergir su picardía y falta de responsabilidad ante el medio natural y la sociedad.

Por lo visto, en el mar de los peces, los yates de recreo y las embarcaciones de pesca también nadan a la deriva pesadas vacas. No es una fábula ni un fenómeno sobrevenido para que los grandes mamíferos terrestres puedan mutar en anfibios. Ocurre que las vacas muertas son un pesado y caro incordio ante el cual algunos ganaderos avispados no tienen reparo alguno en tirarlas al mar en vez de afrontar el trámite administrativo, el trabajo y el coste de un entierro o una incineración.

No estamos ante una reacción espontánea fruto del nerviosismo de quien topa con la dificultad inesperada de hacer desaparecer un animal fallecido. Todo está calculado. Tanto que, antes de ser abandonadas a las olas, a las vacas se les cortan las orejas para hacer desaparecer la etiqueta de identificación que llevan en ellas.

Un individuo transmite y deposita su problema sobre la sociedad y el medio natural. Esto significa arrojar una vaca muerta al mar. La cuestión no se circunscribe solo a lo estético. Es contaminación estricta, agresión a la salubridad y un peligro evidente para navegantes y bañistas porque, claro, en alta mar y en la costa, incluido el tranquilo y poblado Mediterráneo, uno siempre puede estar al tanto de un pez despistado o enfermo, pero nunca, ni siquiera bajo efecto de las insolaciones más severas, piensa topar con una vaca muerta. Un animal sin vida debe acabar con una sepultura controlada o una incineración reglada. Es la última fase y el último coste del proceso productivo.

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