La ciudad de Inca celebró ayer con miles de visitantes la última de las tres ferias previas al Dijous Bo del próximo 16 de noviembre. La llamada Fira de l'Art obtuvo un notable éxito de asistencia a pesar del tiempo incierto que reinó durante toda la mañana, si bien no llegó a llover de forma seria hasta las dos de la tarde, hora que siempre supone un punto de inflexión en un evento comercial de estas características.

Mientras el cielo respetó la feria, los numerosos visitantes tuvieron tiempo de pasear por una ciudad engalanada para la ocasión con motivos medievales que ofrecía numerosos atractivos temáticos en los principales espacios urbanos. El Mercat Medieval ocupaba gran parte del centro, con innumerables puntos de venta y atracciones para los más pequeños, que disfrutaron con espectáculos de circo y demostraciones de combate medieval.

El claustro de Sant Domingo acogió el Rata Market, un mercadillo especial que oferta originales artículos de artesanía difíciles de encontrar en otros ámbitos.

En la Plaça de Santa Maria la Major se ubicó la primera Fira del Disc de Inca, aunque quedó algo descafeinada porque algunos de los vendedores de discos optaron por no montar sus estantes ante la amenaza de lluvia. En cualquier caso, los aficionados a la música en formato vinilo tuvieron una oferta suficiente para encontrar rarezas discográficas.

Otro de los puntos neurálgicos de la feria de ayer era la Plaça Mallorca, sede del evento 'Cuines del món', donde se servían platos exóticos procedentes de distintos continentes. Cientos de personas aprovecharon para degustar sabores desconocidos. Concluida la tercera feria, la cuenta atrás para el Dijous Bo ya está en marcha.