El segundo pleno extraordinario de rendición de cuentas que se celebra en esta legislatura en Calvià, concebido como una herramienta para abrir el debate político a la participación ciudadana, se saldó ayer con una escasa presencia vecinal en el salón plenario, en que los asientos reservados al público estuvieron ocupados en su mayoría por altos cargos y afiliados de partidos. De hecho, sólo hubo una intervención ciudadana, la del presidente de la asociación Amics i Veïns de Calvià vila, Pere Torrens.

El formato del debate siguió a grandes rasgos el de los plenos ordinarios mensuales, con largos turnos de exposiciones, réplicas y contrarréplicas, en que los diferentes grupos políticos municipales reiteraron argumentos ya expuestos en el último año.

El alcalde Alfonso Rodríguez Badal (PSOE) trazó un balance optimista del último año de legislatura, enumerando medidas para "mejorar la vida de los ciudadanos". Habló de la reducción del paro, inversiones en mantenimiento de las escuelas, iniciativas que se pondrán en marcha (como el servicio de comida a domicilio para personas mayores), futura promoción de VPO en Magaluf y obras como la del paseo litoral que se proyecta en Santa Ponça. Y todo, remarcó, sin subir impuestos y generando superávit.

El portavoz local del PP, José Manuel Ruiz, acusó al gobierno municipal de "vender humo y no realidades". "Ustedes han generado más titulares que realidad. Esto no era un pleno para exponer ideas de años venideros, sino de valorar lo que se ha hecho", dijo Ruiz, quien reprochó al Consistorio los "mil euros por minuto" que costó traer al ex presidente Zapatero al congreso sobre islas inteligentes. Ruiz instó también al alcalde a bajar los impuestos a los calvianers.

Tampoco trazaron un balance especialmente triunfalista los socios de investidura del equipo de gobierno -Rafel Sedano y Alfonso Rodríguez Sánchez, de Esquerra Oberta-, que tuvieron palabras de recuerdo para los miembros encarcelados del Govern catalán. Sedano lamentó la falta de "participación real" en el avance del plan general, mientras que Rodríguez Sánchez aseguró que no están satisfechos con el "grado de cumplimiento del acuerdo de investidura". "Se están perdiendo de vista objetivos como la protección del territorio o el reparto de la riqueza", afirmó. Por su parte, el regidor de Ciudadanos, Carlos Tarancón, criticó el gasto de fondos municipales en eventos como el Smart Island World Congress, en un skate park, en dinamizadores o en la reforma de la planta de Alcaldía. Tarancón, asimismo, expresó su preocupación por el cierre cautelar de la macrodiscoteca BCM, que, recordó, ha sido cuestionado por el Consell Consultiu.

Mientras, el teniente de alcalde de Sí Se Puede, Fernando Alcaraz, socio de gobierno de los socialistas, fue el único que se refirió al formato del pleno de rendición de cuentas, sugiriendo que no es el que se planteó en un principio. "Hubo un tiempo en que Calvià fue una referencia. Pero nos encontramos con otra legislatura gris, sin que los vecinos sepan cuál es el proyecto de futuro", aseguró, por su parte, la edil no adscrita, Isabel Manresa.

Después de tres horas de debate entre los grupos políticos, se abrió un turno de intervenciones para los vecinos. Sólo pidió la palabra una persona.