Las imágenes de flores frescas y velas encendidas volvieron a reproducirse ayer en todos los cementerios de la isla con motivo de la festividad de Tots Sants, una jornada en la que numerosas familias aprovechan para visitar a sus difuntos en los camposantos especialmente adecentados para la ocasión.

El clima soleado de la mañana contribuyó a que los cementerios se llenaran de personas en un continuo goteo que duró durante toda la jornada, a pesar de que muchas personas optan por honrar a sus muertos en los días precedentes para evitar aglomeraciones.

Además, en algunos municipios los visitantes pudieron comprobar las mejoras realizadas en las instalaciones funerarias, actuaciones que suelen llevarse a cabo durante las semanas previas a Tots Sants. En diferentes municipios, el Ayuntamiento tuvo que habilitar aparcamientos alternativos en las inmediaciones del cementerio.

También se ha puesto de moda en los últimos años la celebración de conciertos de música clásica y otros actos culturales en los mismos cementerios que amenizan la visita de los vecinos.

Capítulo especial merece, como siempre, la gastronomía típica de estas fechas. En la práctica totalidad de municipios no faltaron bunyols, orellanes y rosarios, si bien sobre estos últimos cada vez se van imponiendo con mayor claridad los de golosinas, por encima de los auténticos y tradicionales de mazapán, piñones y frutas escarchadas.

Otra constatación de la fiesta de Tots Sants es la consolidación de la previa: el famoso Halloween. En múltiples localidades, como Cala Millor, Son Carrió, Santanyí, Felanitx, Algaida y s'Arenal proliferaron los disfraces y tanto el terror como la diversión fueron protagonistas.