Técnicos del departamento de Patrimonio del Consell de Mallorca han visitado las instalaciones de la Fàbrica Nova con el fin de llevar a cabo los estudios para convertir la última fábrica textil que permanece en pie en Sóller como Bien de Interés Cultural (BIC). La visita a las instalaciones se llevó a cabo a finales de la semana pasada en la que los técnicos de Patrimonio estuvieron acompañados por los del ayuntamiento de Sóller, tal y como informaron desde este organismo.
Según informaron desde el ayuntamiento, los técnicos "estudiarán la posibilidad de proteger la fábrica", en tanto que "la figura del BIC garantiza mayor protección a los edificios y se garantiza, entre otros aspectos, que no puedan ser derribados". Asimismo, su protección afectaría a toda la maquinaria que existe en su interior, explicaron, y limita las intervenciones que se puedan realizar en la fábrica porque no podrían alterarse sus elementos.
Con la posibilidad que pueda protegerse mediante la figura del BIC, la Fàbrica Nova inicia una nueva etapa en su incidentado periplo que ha sufrido este complejo industrial desde que sus dueños la cedieran al ayuntamiento para crear un museo textil que nunca llegó a fraguarse. El edificio retornó a sus propietarios y desde entonces está inmerso en una maraña urbanística de cambio de usos y también legal. Sus propietarios iniciaron hace unos meses el proceso legal para exigir la expropiación forzosa del complejo ateniendo a la normativa vigente que obliga a la administración a expropiar todos aquellos terrenos y edificios que estén catalogados como equipamientos.
A todo ello, el Consell de Mallorca entabló unas incipientes negociaciones con los propietarios para adquirir el complejo, una propuesta que finalmente no llegó a fraguar. Mientras tanto, el edificio languidece y está al borde de la ruina. En su interior se cuelan intrusos que han causado daños y los propietarios están pendientes de tener licencia de obras para derribar una parte del complejo que amenaza con desplomarse hacia la vía pública.
