El ayuntamiento de Sant Llorenç tiene previsto una serie de reformas circulatorias para evitar que en las antiguas carreteras de Artà y Son Servera, hoy prácticamente calles del casco urbano, sigan circulando casi el mismo número de vehículos que antes de que se construyeran las variantes, pensadas en teoría para la descongestión del tráfico de estos dos tramos.

La problemática radica en que la gente que viene de Artà o Son Servera, tiene que recorrer prácticamente la misma distancia tomando la variante que si no la toma; además, si siguen el trazado antiguo no tiene que pasar por tantas rotondas, de aquí que últimamente muchos conductores opten por el trazado antiguo.

El Ayuntamiento pretende ahora con este proyecto reducir la velocidad en algunos tramos, con pasos de peatones elevados o semáforos de pulsador.

También esta previsto que se adecuen más aparcamientos, haciendo que en algunos momentos solo pueda pasar un coche. Las antiguas carreteras dependen del Consell y el Ayuntamiento podría recepcionarlas para hacerse cargo de este proyecto, aunque antes pretende que la entidad insular se las transfiera arregladas, ya que actualmente presentan falta de señalización y requieren una mejora en el asfaltado.