Menos de ocho días han transcurrido desde la firma del contrato para la explotación del bar y conservación de las instalaciones del campo de fútbol de Son Caulelles entre la Fundación Marcet de Barcelona, adjudicataria en el concurso público realizado el pasaado mes, y el ayuntamiento de Marratxí, y esta institución ya se ha visto obligada a iniciar un expediente sancionador por incumplimiento del contrato.

El pasado miércoles los nuevos adjudicatarios tomaron posesión de las instalaciones con el objetivo de que los clubes que las utilizan las encontraran en perfecto estado, sin ninguna otra preocupación que llevar a cabo los entrenos y los partidos de los fines de semana.

No obstante, los hechos ocurridos este pasado fin de semana han llevado al Consistorio a tomar la decisión de abrir expediente. El sábado por la mañana, en el único partido que debía celebrarse, no había ningún representante ni empleado de la nueva concesionaria. Los vestuarios estaban sucios debido a su utilización el viernes por la tarde y tampoco había personal para hacer entrega de las llaves tanto al equipo local como al visitante y al árbitro.

Un representante del Sporting Sant Marçal se puso en contacto con el empleado que la fundación había presentado para saber los motivos por los cuales no estaba presente. La respuesta fue que el fin de semana debía venir otra persona y que las llaves estaban en el interior de las dependencias del bar, el cual tenía una de las puertas abiertas para poder acceder al mismo, cosa que se comunicó al delegado del Sporting para que pudiera entregar las llaves al equipo visitante.

El mismo sábado por la tarde debían jugarse tres partidos y uno de ellos necesitaba luz eléctrica. Ningún representante de la adjudicataria dio la cara y fueron los mismos directivos, entrenadores y delegados quienes limpiaron los vestuarios y se hicieron cargo de la iluminación artificial para que se pudieran jugar los partidos.

Las protestas y quejas de los padres, que se dirigían a representantes del club, no cesaban ya que tampoco había ningún lavabo abierto para los espectadores. A fuerza de buena voluntad los responsables del Sporting destinaron uno de los vestuarios que no se utilizaban para que los espectadores pudieran ir al baño. No obstante, el sábado por la tarde era imposible destinar un vestuario a tal fin ya que los cuatro de que dispone el campo estaban siendo utilizados por los equipos, por lo que los espectadores no tuvieron otra opción que salir del campo y acudir a uno de los bares cercanos para realizar sus necesidades.

De todas estas incidencias se fue informando al Consistorio y ayer por la mañana el alcalde Joan Francesc Canyelles y el concejal de Deportes Josep Ramis mantuvieron una reunión para examinar y estudiar el caso, acordando iniciar un expediente sancionador. Al ser la primera vez la falta tendrá la consideración de leve. El coste económico de la sanción está en estudio.