La pesadilla de todos las empresas municipales de limpieza son las toallitas húmedas de baño, que se echan por el inodoro causando infinidad de daños a las redes de saneamiento porque crean grandes conglomerados de fibras que acaban provocando atascos.

La dimensión de este problema, además de medioambiental, es también económica. Como ya informó este diario, sólo el año pasado, Calvià 2000 se gastó 346.476 euros en intervenciones extraordinarias en instalaciones de alcantarillado, impulsión y depuración. Sobre todo, este dinero se dedicó en su mayor parte (276.624 euros) a limpiar y retirar los residuos, mientras que se destinó el resto (69.852 euros) al arreglo propiamente dicho de equipos.

Desechables por el inodoro

"Aunque muchas marcas de toallitas higiénicas húmedas especifican en su etiquetado que son desechables por el inodoro, lo cierto es que no tienen las condiciones de biodegrabilidad aptas para su gestión a través de la redes de saneamiento", ha informado la empresa municipal. La opción más aconsejable es que se tiren a la papelera estos elementos junto a otros como pañales, bastoncillos, hilo dental o tiritas.

Los técnicos municipales detallan que estas toallitas no son como el papel, que se deshace cuando entra en contacto con el agua. En este caso, cuando se tiran por el inodoro, acaban formando conglomerados de fibras resistentes que provocan atascos y averías.