Cada vez son más los ayuntamientos de la isla que deciden adherirse a la Agència de Defensa del Territori para que asuma las competencias de control urbanístico en el suelo rústico. El último en incorporarse ha sido el ayuntamiento de Manacor, uno de los municipios más extensos de la isla, que se sumará a los otros veinte consistorios que ya han dado el paso.

Cada ayuntamiento tiene sus propios motivos para ceder las competencias de control urbanístico en suelo rústico al Consell. No obstante, todos tienen en común la necesidad de marcar límites entre la legalidad y otros factores más subjetivos que están relacionados con el apego de los infractores al municipio al que pertenecen. "Los ayuntamientos consideran que es difícil aplicar la disciplina porque las personas afectadas están demasiado cerca de sus consistorios", explica el gerente de la ADT. Este fue uno de los motivos para la creación de la Agència en el año 2009.