Ayer se detectó la presencia carteristas en el mercado tradicional del Dijous de Inca. Algo que los enemigos de lo ajeno deben desconocer es que durante los meses de temporada alta la Policía local de Inca mantiene activado un dispositivo por el que varios agentes, vestidos de paisano, vigilan los lugares donde hay mayor concentración de público. Así ayer cayeron dos carteristas, y es curioso el grado de sofisticación de estos ladrones de fina técnica pues llegan a usar diferentes pelucas y diferente vestimenta a lo largo de todo el día, mientras ´trabajan´ los bolsillos ajenos.
Calabazas, ´ginjols´ y granadas, llega el otoño
El verano se va del campo y el otoño empieza a adueñarse de él. Se ve en el cambio de frutos y hortalizas que se venden en el tradicional mercado del Dijous de Inca. Atrás quedan calabacines, melones y sandías y a la venta han empezado a ponerse granadas (a dos euros), azufaifas -ginjols en catalán- (a 2,50 el kilo), calabazas (a un euro), y también níscalos y rebozuelos -esclata-sangs y picornells- pero traídos de fuera.
Lluís Pomares y su máquina parte-olivas
Cada jueves instala supuesto junto al resto de agricultores un veterano payés de Biniamar. Se trata de Lluís Pomares, quien en sus fincas de montaña cultiva frutos como las deliciosas olivas de raza mallorquina. Desde hace algunas semana expone su mercancía en Inca y además le da un valor añadido, con su máquina parte-olivas ya las vende trencades (a 4 euros) para que el comprador las prepare a su gusto.
