La primera calle se encuentra dividida en dos en la actualidad, sin conectividad posible a menos que se ejecuten obras. La segunda cuenta con una porción que no ha sido urbanizada porque la propiedad no era, hasta ahora, municipal. Aun así se permitía el paso de vehículos.

Por lo que se refiere a esta segunda calle, la de la Verge de Gràcia, la junta de Gobierno Municipal aprobó este lunes la expropiación forzosa del solar particular que dividía la calle en dos. Este solar ocupa 750 metros cuadrados situados entre las esquinas con las calles de Miquel Beltran y del Canonge Alzina.

Esta porción será urbanizada al completo, es decir, será dotada de alcantarillado, alumbrado y asfalto. Cabe destacar que todo el flanco derecho de la calle linda con las vías del tren, por lo que sólo está ocupada por viviendas en el lateral opuesto.

El otro proyecto en marcha, el de urbanización de la calle Bisbe Morro se encuentra más avanzado. Cuenta con un presupuesto de 151.110 euros y en breve se licitarán las obras.

La calle Bisbe Morro fue durante muchos años un pequeño callejón en un lateral de la calle de Formentor. Daba paso a media docena de viviendas. Al urbanizarse los alrededores del IES Pau Casesnoves, se construyó una porción de dicha calle pero sin conectarla con la antigua. Esta primitiva calle fue prolongada algunos metros más cuando se construyó el nuevo centro de salud que lleva el nombre de la barriada: So n'Amonda, pero aún quedo inconexa por la parte posterior del IES.

Con las obras que pretende llevar a cabo el consistorio se finalizará todo el vial a la vez que se eliminará un punto negro. En ese lugar actualmente se producen algunos vertidos de basuras y es habitual encontrarse excrementos de mascotas porque es usado como lugar de paseo para perros.