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Historia

Iglesia de Campanet, una mirada de trescientos años

El 29 de septiembre de 1717 se colocó la primera piedra de la iglesia parroquial de Campanet

Imagen de la fachada de piedra de la iglesia que preside la plaza desde el este. Joan Pons

El 29 de septiembre se cumplirán 300 años de la colocación de la primera piedra de la iglesia de Campanet. A lo largo de estos años, muchos han sido los feligreses que han pisado dicho templo, en ocasiones con una gran devoción, lo que ha hecho que a lo largo de este periodo se haya podido conservar gracias a las aportaciones de muchos antepasados.

A día de hoy y con la evolución de la sociedad encaminada a otros menesteres menos religiosos, sobre todo en estas últimas décadas, el templo está resultando un lujo para los feligreses que acuden al mismo. Pero a pesar de los cambios, el templo se mantiene vivo y es todo un referente arquitectónico de la localidad, y se convierte en la imagen más identificada, junto a la iglesia del Pla de Tel, tanto para vecinos como para visitantes.

Comienzos

El actual templo preside la plaza Major y fue el año 1717 cuando dieron inicio las obras impulsadas por el rector Miquel Martí Tamorer, que no pudo ver finalizado su proyecto debido a que duraron 57 años, con algunas interrupciones.

Se apunta a que las demoras se debieron a algunos periodos de crisis económica que la localidad padeció. Cabe recordar que Campanet es una localidad que se sustentaba de la agricultura y que en determinados años la producción era escasa lo que influía en la economía.

Curiosamente en la localidad no abundan grandes edificios y las fachadas de las casas son más bien sencillas, lo que contrasta con la majestuosidad de la fachada principal del templo , totalmente de piedra.

A lo largo de estos tres siglos, pero precisamente en los últimos 50 años, los diversos responsables parroquiales se han visto obligados a realizar diversas obras de mantenimiento y conservación, substituyendo el tejado, la iluminación, el embaldosado o incluso la sustitución de los bancos, o la reconstrucción del órgano parroquial.

La última reforma se realizó el pasado año suprimiendo las barreras arquitectónicas para su acceso. Ahora quedan pendientes mejoras como la sustitución de la iluminación o el acceso de la escalinata del portal del Fossar, deteriorada, pero que problemas de entendimiento con Patrimonio impiden su adecentamiento.

La actual iglesia, muy probablemente edificada como venía siendo habitual sobre antiguas iglesias o capillas, tiene una longitud de 37,50 metros, mientras que su anchura abarca 18,45 por un alzado de 17,30 hasta las bóvedas, a lo que se debe añadir la altitud de los arcos en los que se puede apreciar el año de su edificación.

Imágenes

En su interior conserva diversos retablos completos con imágenes y pinturas que representan a diversos santos. En el retablo central destaca la imagen de la titular de la parroquia la Inmaculada Concepción y Sant Miquel, entre otras.

Pero quizá la imagen de más valor tiene es el Crist de la Sang junto a la talla de la Mare de Déu Morta, convirtiéndolo así en un majestuoso templo no sólo en su parte arquitectónica sino también por las obras de artes que lo completan. El altar mayor es otra de las piezas a destacar por ser de mármol, y la pila bautismal que hay quienes apuntan procede de algún predio de la localidad.

El próximo 29 de septiembre, patrón del pueblo, la comunidad cristiana de la localidad recordará con sencillez estos 300 años.

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