Y llegó el día. Tras dos décadas de reivindicaciones, aulas prefabricadas, el traslado de los alumnos hasta el IES Manacor y más de un año de obras, ayer quedaba oficialmente inaugurado el nuevo colegio de Son Macià. La presidenta del Govern, Francina Armengol y el conseller de Educación, Martí March, visitaron el CEIP Mestre Pere Garau para comprobar el aspecto final de un proyecto que ha costado sudor y lágrimas sacar adelante.

Con un presupuesto que casi ha alcanzado los 2,4 millones de euros el edificio se ubica donde estaba el antiguo, aunque este sea de tres plantas, más espacioso y sin los problemas de estructura y espacio que presentaba en anterior. La nueva escuela es de una sola línea, con tres aulas de educación infantil y seis de primaria, con un total de 225 plazas escolares, en lugar de las 132 de los últimos cursos. El edificio, que tiene una altura de diez metros cuenta con 2.331 metros cuadrados de superficie construida, sobre un solar de 4.264.

Tanto Armengol como March defendieron ayer la necesidad del proyectonecesidad del proyecto. Afirmaron que de esta forma se ofrece un colegio de calidad de acuerdo con las necesidades educativas de la pedanía de Manacor, cuyos alumnos tuvieron que trasladarse hasta el instituto de Son Fangos durante el tiempo en que se alargaron las obras. "Ahora el centro es una realidad, consensuada con todos sus usuarios, que pudieron hacer sus aportaciones para mejorar el proyecto definitivo y así construir un centro, que será el modelo en el cual se basarán los proyectos de los nuevos centros que se proyectan esta legislatura", dijo March.

La decisión de construir una nueva infraestructura donde estaba la antigua, de cuarenta años de antigüedad y numerosas deficiencias, fue consensuada con el ayuntamiento de Manacor y la comunidad educativa después de años de tiras y afloja, ya que sus características no permitían una ampliación en condiciones. “Hacía mucho tiempo que tanto el alumnado, como los profesores y las familias vivían situaciones muy incómodas”.