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Patrimonio

El antiguo bar Central de Maria se convertirá en un hotel de interior de nueve habitaciones

Los propietarios han llevado a cabo la reforma respetando la identidad e imagen del histórico edifico y abrirán en breve

Los operarios trabajan en la reforma del viejo bar que se convertirá en hotel. Biel Bergas

Joan Toni Cantarellas y su esposa Catalina Bauzá regeneran el antiguo bar Central, también conocido como Can Xirma o Can Jordi, para convertirlo en un hotel de interior, el Central Maria, que dispondrá, en sus dos plantas, de nueve habitaciones, y en su planta baja de un comedor para los clientes.

"Hemos intentado recuperar todo lo posible del antiguo bar. Las baldosas que no se han roto al quitarlas las hemos utilizado para colocarlas en los baños. Hemos rescatado la barra y restaurado la amplia nevera de madera, que es una auténtica reliquia. Creo que hemos conseguido preservar la imagen que tenía este interesante inmueble", explica su nuevo propietario Joan Toni Cantarellas.

Está previsto que el hotel esté terminado a finales de este mes. El antiguo bar tenía mucha personalidad, contaba además con un pequeño salón donde, el mismo Jordi, cortaba el pelo o afeitaba a los clientes que lo solicitaran, todo un lujo en aquella época.

La mesa de billar estaba siempre muy concurrida. Junto a una cálida chimenea, una amplia mesa de mármol invitaba a jugar a las cartas, en especial truc y terceti. Se discutía también de las cosechas y de quien era el que conseguía las patatas o las sandías de mayor tamaño; algunos de estos tamaños solo cabían en la mente de los litigantes.

La primera planta del local, arrendada a la parroquia, albergó durante muchos años el llamado teleclub, donde se desarrollaba la escasa vida cultural de la localidad. En la década de los 50 y parte de los 60, se reunían allí los integrantes de Acción Católica. Lo hacían semanalmente todos los domingos después de la misa mayor. El entonces párroco, Miguel Estadas, era el encargado de impartir las charlas a los asistentes. Algunos miembros de Acción Católica junto a feligreses aficionados a la interpretación montaron en el local, que contaba con un escenario, algunas obras de teatro, algo que se repetiría años más tarde con socios del teleclub.

Catequesis

Cabe destacar que a mediados de los 70, con el teleclub activo, tuvieron lugar en el local encuentros de chicas del pueblo con gente del Opus Dei, eran una especie de catequesis que se daban en las mañanas de los domingos. Hace ahora unos 50 años que se pusieron en marcha los teleclubes en la mayoría de pueblos de España. Todos ellos formaban parte de una red vinculada a Radio Televisión Española y se suponía que tenían un objetivo cultural y de entretenimiento, por otra parte se daba la propaganda institucional que convenía a un régimen que en aquellos momentos se sentía fuerte. No en vano los televisores eran facilitados por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne.

Con aquel maravilloso aparato los telespectadores podían disfrutar de algunos programas de su agrado y al mismo tiempo recibían los mensajes políticos que interesaban y que de esta forma llegaban a todo el mundo rural.

Histórica foto de los tiempos en que el Central gozó de esplendor

En el teleclub de Maria de la Salut se llevaban a cabo distintas actividades de ocio y cultura. Se creó una revista, Vesta, que tuvo poco recorrido ya que las polémicas entre los distintos redactores eran muchas y enérgicas. Se montaron, como ya se ha dicho, algunas obras de teatro, la mayoría de Joan Mas, que siempre solían ir acompañadas de un sainete, y que tuvieron mucho éxito tanto en Maria como en algunos pueblos vecinos. Con la recaudación se amuebló el local con mesas y sillas de calidad.

Lugar de encuentro

Había una pequeña dependencia con un tocadiscos y con un surtido musical más bien escaso; pero esto no importaba demasiado, era más importante que una pareja pudiera cerrarse en el diminuto recinto y robar algunos momentos de intimidad, que empezaban a ser necesarios.

Había también una mesa de ping-pong y se organizaban distintos campeonatos. En una de sus paredes, Martí Fons dibujó el escudo del F.C.Mariense que nació aquellos años. Algunas sesiones de cine fórum y distintas charlas llenaban los días de asueto de los adolescentes del pueblo. Cuando el teleclub ya no funcionaba, aquel espacio se utilizó para dar todo tipo de conferencias y reuniones.

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