A finales del pasado año, el Govern aplicó una profunda reestructuración de horarios en el transporte público en los municipios ya conectados con Palma mediante el tren. En algunas localidades, como Alaró, se produjeron numerosas quejas por la eliminación de frecuencias del bus que conecta la estación ferroviaria (compartida con Consell) con la localidad.
Día a día se comprueba que el funcionamiento del bus lanzadera de Alaró deja mucho que desear y es impropio de un sistema de transporte público moderno y eficaz. Y si no que se lo pregunten al expolítico de Més Cecili Buele, que acaba de publicar una "carta cívica" dirigida al conseller Marc Pons para denunciar el "pésimo y vergonzoso" servicio y exigir que se retiren todos los carteles informativos del TIB en Alaró porque "no sirven para nada y contribuyen a la desinformación del usuario". También reclama "sanciones" a los responsables de un servicio público tan "deficiente".
Según explica el expolítico nacionalista en las redes sociales, el pasado sábado se disponía a ir hasta Alaró en tren para asistir a un concierto de órgano en la iglesia. Al llegar a la estación de tren, sobre las 10,30 horas, no había ningún bus para transportar a los usuarios hasta Alaró. Finalmente se presentó el bus lanzadera a las 10,55. "Cuando pregunté al conductor la hora de salida a Alaró me dijo, para mi sorpresa, que era a las 11,40 horas, cuando el panel informativo indicaba la salida de un bus a las 11,05 horas", explica.
Buele decidió entonces llegar hasta Alaró a pie por la carretera, "una hora de camino por una vía muy transitada y muy peligrosa para los peatones". Lógicamente, lamenta el expolítico, no llegó a tiempo al concierto. No obstante, decidió pasar el día en Alaró para regresar por la tarde a Palma y comprobó que el bus lanzadera salía del pueblo a las 15,43 horas. Eran las 14,50 horas, por lo que optó por volver a tomar la carretera a pie hacia la estación. "Me quedé helado cuando todavía no eran las 15 horas y me pasó el bus en dirección a la estación", señala. Otra vez el bus fuera de horario.
El caso de Buele es solo la punta del iceberg del descontento generalizado entre los usuarios del transporte público en Mallorca.
