La Diada de Lluc transcurrió ayer sin la tradicional peregrinación a pie de la Part Forana de Mallorca, suspendida a media tarde del sábado a causa de las inclemencias meteorológicas previstas para la madrugada.

Pero a pesar de ello diversos fueron los mallorquines que subieron al santuario mariano para participar en la celebración eucarística de la mañana. La basílica fue el lugar de concentración de los asistentes, donde diversos representantes de los municipios implicados en la Pujada de la Part Forana ofrecieron la tradicional ofrenda floral poco antes de la misa.

Llorenç Gelabert, actual presidente de la asociación de Antics Blavets de Lluc, dio a conocer los motivos de la anulación de esta Pujada y recordó que es la primera vez que sucede desde que esta arraigada fiesta se organiza, animando a continuar con la misma el próximo año. Además, se procedió a la entrega de una distinción a la viuda de Arnau Amer, fallecido este verano, por su colaboración con la Pujada a lo largo de diversos años.

Poco después dio inicio la celebración eucarística animada por la Escolanía y presidida por el canónigo de la Seu Mossèn Joan Bauzà , ante la ausencia del obispo de Mallorca, quien no asistió por no encontrarse en la isla.

Uno de los momentos más emotivos fue la despedida de las franciscanas. j. pons

La despedida de las religiosas franciscanas, que estuvieron acompañadas por diversas religiosas de la orden, al final de la celebración, se convirtió en uno de los momentos más sensibles de la mañana al agradecerles el prior Ricard Janer sus servicios prestados y los años que han dedicado a la atención tanto del santuario de la Serra como del vecindario de Escorca.

Las autoridades civiles estuvieron representadas por la consellera de Hacienda, Catalina Cladera, que estuvo acompañada por representantes del Consell de Mallorca, así como por diversos directores generales del ejecutivo autonómico.