Las 'pobleres' María Teresa Fernández y Antònia Comas emprendieron juntas, hace 25 años, la que podríamos llamar su carrera de bordadoras de la mano de la maestra, también de sa Pobla, Joana Pons Mir, que con 82 años de edad ha dedicado prácticamente toda una vida, un total de 62 años, a la enseñanza de esta labor artesanal y todavía sigue dándole a la aguja, creando arte con los hilos multicolores incrustados sobre diferentes telas. Joana posee el título de Maestra Artesana que le concedió la Conselleria de Comercio e Industria en el año 1999.

Sin embargo, a la titulación de maestras artesanas no pueden optar las dos alumnas de Joana por no reunir ciertos requisitos exigidos por la vigente normativa administrativa, entre ellos el haber cotizado a la Seguridad Social como profesionales de su actividad, lo que no hicieron porque las dos cotizaban como trabajadoras de la hostelería. Lo del bordado ha sido siempre para ellas una sentida y apasionante afición, pero no un trabajo remunerado.

Antònia y María Teresa expusieron su caso al regidor de Agricultura y Comercio del Ajuntament de sa Pobla, Joan Pérez y desde la institución municipal están instruyendo un expediente encaminado a la consecución de la Carta Honorífica Artesana, que para ellas supondría un reconocimiento a tantos años de dedicación al bordado artesanal en sus distintos estilos.

Diferentes tipos de tela

Si uno visita el domicilio de una de ellas, sorprende admirar sus diversos trabajos artesanales elaborados aplicando distintos estilos de bordados sobre diferentes tipos de tela, que son verdaderas obras de arte.

Las dos mujeres 'pobleres' explican que durante el primer año de aprendizaje, "siendo todavía unas niñas, madò Joana nos enseñó los puntos de ' creueta' y ' punt mallorquí', hasta dominar, con el paso de los años, todas las otras técnicas como los puntos de sombra, artístico, tejido, sacar hilo, 'calat', gasa y otros. También aprendimos a bordar a máquina con la maestra Joana Cerver y Magdalena Molona", apuntan visiblemente entusiasmadas y orgullosas de mostrar sus artísticos trabajos como abanicos, vestidos de primera comunión, cortinas, chales, fundas de almohada y otros que son auténticas joyas del bordado.

De todos esos trabajos, ambas coinciden en que el que más les llena de ilusión es realizar los bordados en los vestidos de comunión para niñas, seguido de los chales.

Con sus labores, María Teresa y Antònia, que pertenecen a la Asociación de Encajeras y Bordadoras de Balears, participan en los encuentros que se celebran en la isla organizados por dicha asociación y también en alguna que otra feria y exposiciones.

"Además nos reunimos semanalmente con un grupo de amigas con esta misma afición para intercambiar opiniones", explican las dos mujeres.

"Precio incalculable"

Afirman que sus trabajos o labores "no se pueden comercializar, pues tendrían un precio incalculable porque tendríamos que contar las cientos de horas que cada labor requiere, además del precio de alguno de los materiales, como las aspas de los abanicos, o las telas de tul, velo u organdí". Muchos de estos trabajos van destinados a compromisos familiares o amistades, con motivo de alguna celebración o acontecimiento.

Las dos apasionadas bordadoras, después de haber terminado su aprendizaje con su maestra Joana, no han cesado en su interés por perfeccionar y ampliar sus conocimientos, asistiendo a clases con las acreditadas hermanas Trias de Esporles y desde hace dos años con la maestra Cati Torres de Establiments.

"Así aprendemos constantemente y nos innovamos sobre nuevas técnicas. Todo por pura afición y por la satisfacción de ver culminada la idea que nos hemos propuesto, que no es otra que ver, de alguna manera, ver reconocida oficialmente nuestra extensa creación artesanal", explican las protagonistas.

Volviendo a la ansiada acreditación a que aspiran María Teresa y Antònia, desde el ayuntamiento de sa Pobla informan que están tramitando ante el departamento de promoción económica y artesanía del Consell de Mallorca la referida carta honorífica artesana, "que esperamos les sea concedida como reconocimiento a su encomiable dedicación artesana." apunta el regidor Joan Pérez.