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Fotografía

Instantáneas solidarias de Àngel Carretero: fotos que construyen casas

El 'Espai 36' de Sant Llorenç acoge hasta esta noche una recopilación de fotografías realizadas en las calles de la India, un punto de partida para que la solidaridad haga el resto y se logren hacer realidad tantos hogares como sea posible

No es sencillo condensar en solo 25 fotografías tantas emociones, seleccionar de más de 20.000 imágenes la muestra de un viaje solidario que durará toda la vida. Hace dos años a Àngel Carretero (Sant Llorenç, 1971) no le acababan de salir las cuentas; tras años de trabajo intenso, por primera vez el año se presentaba flojo de proyectos y con pocas esperanzas de mejora a corto plazo... pero la cosa cambió y casi sin darse cuenta ese llegó a ser su mejor temporada en mucho tiempo: "En octubre o noviembre vi como todo había ido perfecto, como un cambio del destino, así que tenía que agradecerlo de alguna forma".

Casi de casualidad llegó, a través de un foro de fotógrafos, a lo que sería su respuesta: "La fundación Vicente Ferrer buscaba a 20 profesionales de distintos países de Europa para un proyecto en la India de ocho días. Así que sin dudarlo les envié mi currículum y algunas fotos... y me eligieron". El proyecto, titulado Ningún niño sin foto, consistía en precisamente eso, ir a las escuelas de las aldeas donde los niños difícilmente pueden acceder a una fotografía física de si mismos. "Quizá muchas veces han visto una cámara o les han podido hacer una foto, pero nunca la tiene en papel para ellos y ese era el objetivo.

"El proceso de enchufar la tarjeta de memoria al ordenador, y que su imagen saliera poco a poco de la impresora, para ellos era pura magia, algo increíble. Todavía se me pone el vello de punta al recordarlo", explica Carretero. "Es muy gratificante ver la sonrisa de gente que muchas veces sin electricidad y sin lujos, es feliz... y luego piensas que aquí teniéndolo todo haya gente que no lo sea en absoluto; eso da que pensar".

Fue un trabajo intenso, en el que cada profesional tiró entre 4.000 y 5.000 fotos, por turnos, ya que mientras cinco o seis disparaban con sus cámaras, otros se encargaban de imprimir los retratos (en papel fotográfico y de un tamaño de 15 por 20 centímetros) y el resto de organizar a los siguientes escolares.

Pero tras la semana que pasó con la Fundación Vicente, después se quedó otros ocho días más para tratar de plasmar la realidad de las calles indias por su cuenta: "Es un tipo de fotografía que no había hecho nunca, disparar sin que los protagonistas se den cuenta, o al menos intentarlo". "Junto a otro compañero nos levantábamos a las cuatro de la madrugada y volvíamos a las ocho", recuerda. Tras la emoción el regreso y con la vuelta la reflexión: "Estuve unos cuatro meses sin poder contar lo que había vivido esas dos semanas, simplemente porque no lo podía verbalizar, no me salía".

Y entonces las imágenes, sus imágenes, volvieron a hablar. Editó "cinco o seis fotos", las subió al facebook y el éxito fue casi instantáneo; "no tenía pensado hacer nada especial con ellas, más que guardarlas para mi e imprimir una cuantas para mostrar o recordarlas en papel, pero nunca pensé que acabaría expuestas".

Pero así es. Hace unas semanas el alcalde de Sant Llorenç, Mateu Puigròs, al verlas, le llamó y le preguntó qué pensaba hacer con ellas y que si tenía más quizá se podría montar una exposición interesante. La idea es tan simple como cargada de solidaridad: tratar de vender las máximas fotografías posibles de las siete copias que Àngel Carretero ha hecho de cada unas de las 25 instantáneas, reproducidas a un tamaño de 70 por 100 centímetros y con un precio de 200 euros. Ya se han vendido 28 copias.

Pero la verdadera importancia de todo ello, es que ese dinero irá a parar íntegramente a la fundación y a la construcción de casas en la India, donde una vivienda familiar cuesta el equivalente a unos 2.500 euros. "La idea es hacer que la exposición (que en estos momentos se encuentra en el Espai 36 de Sant Llorenç hasta hoy a las 21,30 de la noche) sea itinerante y pueda trasladarse a otros municipios mallorquines", con el fin de recaudar fondos para esas casas dignas.

De hecho, tres meses antes de que los veinte fotógrafos elegidos por la Fundación Vicente Ferrer partieran al país asiático, éstos decidieron aportar 150 euros cada uno para lograr el primer objetivo: "Fue muy emotivo asistir a la donación e inauguración de ese hogar, con la familia presente, tan alegre".

Con más tranquilidad

Carretero tiene claro que volverá: "Dentro de unos meses volveré. La experiencia me ha cambiado la vida, en el sentido de que ahora me tomo las cosas con mucha más tranquilidad, de otra forma, relativizando los problemas y pensando más antes actuar".

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