Sant Agustí volvió a ser el referente festivo de toda una ciudad, el patrón adoptivo que sirvió para llenar una jornada de alegría y calor, de bochorno, bares, palios y reivindicaciones. Multitud de peñas y ciudadanos de alrededor de toda Mallorca salieron ayer a sus calles a celebrar. Y lo hicieron, como siempre, a lo grande.

Eran las once de la mañana cuando comenzó la tradicional eucaristía solemne de la mano de Antoni Garau, rector de ses Salines y la Colònia de Sant Jordi. Después cantó la coral de Felanitx y salieron a bailar los Cavallets, bajo la atenta mirada de centenares de ciudadanos. La fiesta continuó con el cercavila y el ball dels gegants i els caparrots... hasta que llegó el momento más esperado.

Al grito de ¡Autopista No!, más de un millar de personas (menos de las habituales) alentaron, pasadas las doce del mediodía, el paso de las autoridades políticas por debajo del tradicional Palio de la peña El Cosso. Sin duda el acto más significativo de la parte matinal de la jornada. La consigna iba dirigida a Mercedes Garrido, consellera insular de Territorio, quien tuvo que soportar las críticas por la aprobación del proyecto de desdoblamiento de la carretera entre Campos y CamposLlucmajor.

Por lo demás, tranquilidad en el paso de autoridades, entre las que se encontraban el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, el del Parlament, Baltasar Picornell, o el alcalde de Palma, Antoni Noguera, además del alcalde y concejales del consistorio felanitxer.

Precisamente el más aclamado durante esta edición fue el presidente Picornell, quien fue levantado incluso a hombros y portado durante varios metros entre risas y el lanzamiento de líquidos alcohólicos. Asimismo se escucharon gritos de "No heu fet res!","No heu fet res!" no sabemos si dirigidos a los miembros del Govern o del pacto municipal de Felanitx.

Antes, a las nueve de la mañana, el popular periodista, director de cine y durante años miembro de la Televisió Felanitxera, Maikel Figaseca, fue el encargado de leer el pregón del Cosso, un alegato a la fiesta y a tiempos pasados en que también se aprovechó para 'resucitar' a la Quica, la mascota aviar de la peña, entre vítores y estruendo.

Maikel llegó en una gran limusina blanca, y con honores de estrella, caminó por una alfombra roja antes de dirigir sus palabras ante la multitud, congregada también para conocer el futuro de la peña, puesto en duda por sus propios miembros días antes de Sant Agustí, por el temor a la creciente masificación de los actos. Pero no hubo lágrimas. El entierro de la Quica solo sirvió para su resurrección a lo grande.

Controles de seguridad

Ya por la tarde se produjeron algunos problemas derivados de los controles en las distintas entradas de Felanitx, provocados por el cierre de accesos para evitar la masificación de la fiesta y asentar la seguridad. La Policía Local vigiló los accesos a Felanitx y no permitió que los coches que no pertenecían a los residentes en el municipio pudieran entrar en la localidad. Asimismo se revisaron todas las mochilas y bolsas de los visitantes en busca de alcohol y para evitar el botellón asociado. Con la masificación de gente en los últimos años, así como el exceso de alcohol en muchos jóvenes, desde el ayuntamiento de Felanitx se pidió respecto y civismo.

La jornada acabó en el parque municipal de sa Torre con la última verbena.