El próximo mes y justo después de las fiestas de la Diada, las religiosas Franciscanas dejarán definitivamente el Santuario de Lluc, ante la falta de vocaciones para poder atender la labor que venían realizando y quedarse reducida la comunidad.
Las Religiosas Franciscanas Hijas de la Misericordia han sido todo un referente para los habitantes no solo del nucleo de Lluc, durante los 83 años que han residido en el lugar, sino también para quienes antiguamente residían en las diferentes possessions de possessions Escorca e incluso para los peregrinos que llamaban a sus puertas ante cualquier necesidad.
Ello les ha motivado un gran aprecio. Antiguamente, cuándo la vida nada tenía que ver con la actual, y cuando apenas había medios para mandar recados, ca ses Monges era un punto de confianza para que los encargos que llegaban a Lluc, mediante el transporte público o cualquier otro medio, pudieran ser depositados.
Durante décadas, el convento ha sido un punto de referencia para quienes accedían a Lluc. Allí uno encontraba siempre una atención especial en caso de enfermedad, o alguna caída cundo los peregrinos llegaban a Lluc a pie, ya que no existía atención sanitaria.
Lluc, sin las religiosas, ya no será igual, lógicamente dejarán un vacío , pero sobre todo para los blauets y el Santuario ya que la labor que han realizado, era , y nunca mejor dicho, la de manos de monja: cuidando y mimando a los blauets, a sus sotanas azules y los blauetsroquets. Para muchos de los blauets que a lo largo de los años han residido en Lluc, ellas han sido sus segundas madres, atendiéndoles en caso de necesidad cuando uno caía enfermo o bien cuando por alguna necesidad debían lavarle la ropa o ayudar en alguna tarea doméstica.
No cabe duda de que muchas cosas quedarán ya en el recuerdo respecto a la Escolanía y al Santuario ya que su labor era muy apreciada. Una curiosidad es que cuando se integraron niñas en la escolanía, ellas les abrieron las puertas para que pudieran hospedarse en el convento.
Inicios
La congregación religiosa femenina ha estado en Lluc desde noviembre de 1934. Fueron entonces tres las religiosas: Francisca Cladera, Margalida Parets y Miquela Arrom que subieron a Lluc para iniciar una doble labor: velar por el Santuario y servir a quienes solicitaban su ayuda. Ahora, después de años de prestar estos servicios, la comunidad religiosa se ve obligada a cerrar el convento integrándose en la comunidad de sa Pobla.
La Congregación religiosa que nació en Pina (1856) fundada por los hermanos Ribas de Pina se ha extendido por diversas localidades isleñas de Mallorca y Menorca y en las últimas décadas ha traspasado las fronteras isleñas estableciéndose en la península y países americanos, con la finalidad de implantar el carisma de San Francisco de Asís.
