Vespas, derbis y toda clase de motocicletas antiguas y con años de experiencia sobre el asfalto participaron este viernes, desde las siete de la tarde, en la primera Volta des Milà, recorriendo los kilómetros que separan el núcleo de ses Salines y la Colònia de Sant Jordi. Un éxito rotundo que contó con la participación de más de 40 motoocicletas salineres y la presencia de muchos espectadores animando a los moteros, que no quisieron perderse el paso del grupo hasta la costa.

El recorrido de un pueblo a otro transitó por toda la zona hotelera, para después volver de nuevo sobre sus pasos. Eso sí, hubo parada en el puerto para poder reponer fuerzas y disfrutar aperitivo incluido en el restaurante Sal de Cocó, junto a la orilla del puerto deportivo de la Colònia.

De vuelta a ses Salines, todas las motos aparcaron en perfecto orden ante el Ayuntamiento, para, como colofón a la fiesta de las dos ruedas, cenar todos juntos de pa amb oli en la Plaza Mayor.

Cabe señalar que la mayoría de motos que participaron este año en la Volta des Milà tenían más de 25 años, mientras que la más vieja alcanzaba los 60. El brindis final fue todo desafío y una declaración de intenciones: "Si este año hemos sido cuarenta, el año que viene tenemos que ser ochenta".