Gobierno municipal y oposición se han enzarzado en una polémica por el futuro de las farolas, que estas semanas se están retirando de las calles de Sóller con motivo de la ejecución del proyecto de modernización de la red de alumbrado del municipio.

El PP, a través de Carlos Simarro, sostiene que los faroles deben conservarse puesto que "son patrimonio de todos", a la vez que alertó que algunas luces de las que se retiran "tienen más de 50 años de antigüedad y por ello es un material que se debe conservar".

Frente a la postura de los populares, desde el equipo de gobierno, el concejal de Infraestructuras, Andreu Castanyer, ha explicado que la mayoría de farolas carecen de valor patrimonial y que el contrato que el Ayuntamiento tiene con la adjudicataria obliga a esta empresa a canalizar las farolas retiradas como residuo eléctrico. Castanyer ha señalado que "lo que sí hacemos es guardar unas cuantas de cada modelo", mientras que de las restantes "se saca todo lo que puede aprovecharse, como las reactancias o las bombillas".

Respecto a las farolas con valor histórico, el edil nacionalista ha afirmado que "éstas se guardan en los almacenes municipales", toda vez que ha puesto de manifiesto que "sería completamente imposible guardar todas las farolas que se retiran". En el PP sostienen que estos elementos deberían subastarse si el Ayuntamiento no puede guardarlas "porque tienen un valor económico, ya que no hablamos de chatarra".

La polémica entre gobierno y oposición se desató tras la denuncia de un vecino que alertó al Ayuntamiento de que un ciudadano se había llevado a su casa dos farolas que habían sido sustituidas por otras nuevas. A través de las redes sociales, hubo reproches a este hecho que se habría realizado sin consentimiento municipal.

El ayuntamiento de Sóller está llevando a cabo una importante inversión por valor de 483.000 euros, mediante la cual se sustituyen 950 farolas convencionales por otras de mayor eficiencia energética. Las nuevas luces disponen de bombillas led, con las que el consistorio prevé reducir el consumo energético en un 70%.