Comerciantes de diversas zonas turísticas de la isla han constatado que, en este verano de la masificación, el poder adquisitivo de los visitantes no ha ido en consonancia con la mayor afluencia, sino que ha descendido respecto a anteriores temporadas. De hecho, lamentan pérdidas de entre el "20 y el 30 por ciento" respecto a 2016.

Así lo constata una encuesta realizada entre sus asociados por la asociación de comercio turístico Acotur, que evidencia también que los comerciantes critican la fuerza que sigue teniendo el 'todo incluido' como modalidad de contratación hotelera.

"La mayoría de empresarios tiene la impresión de que el 'todo incluido' se sigue ofertando igual o más que el año pasado. Para muchos de ellos, significa una gran reducción de sus ventas, pues este turista está condicionado y exprimido, originando grandes problemas al sector de la oferta asociada", aseguran desde esta asociación.

Turismo de borrachera

La encuesta, que se ha enfocado en un centenar de empresarios asociados a zonas turísticas como Calvià, Alcúdia y Platja de Palma, llega también a la conclusión de que el turismo de borrachera no está en retroceso en la isla.

De hecho, una mayoría de los encuestados, informa Acotur, se queja del alza de los problemas de incivismo, acrecentada por la mayor afluencia de visitantes.

El promedio de actividad anual no ha experimentado una mejora respecto a anteriores ejercicios. Así, los empresarios consultados fijan el umbral en los cinco meses de actividad, cuando "lo ideal", aseguran, serían al menos nueve meses.

La proliferación de la venta ambulante, la insuficiente presencia de fuerzas de seguridad y la escasa dotación de aparcamientos en zonas turísticas constituyen otros de los problemas que mencionan los encuestados.