El colofón final a las fiestas de Sant Roc de Porreres lo puso, al igual que durante estos últimos 24 años, la edición de la Matinada Porrerenca y el Sant Roquet. Poco antes de las 4 de la madrugada las notas de la Matinada Porrerenca, interpretada por la Filharmònica Porrerenca, servían para dar inicio al pasacalles que conducía a los centenares de vecinos que habían disfrutado del concierto de Toninaina hasta el Lloc Sagrat, donde el concejal de Fiestas prendió fuego a la mecha de la traca final de las fiesta de Sant Roc y de inicio del Sant Roquet.

Tras el estruendo de la traca, la comitiva se desplazó hasta la entrada de Porreres, en la carretera de Montuïri para iniciar la "processó de l'ensaïmada" bajo la consigna de "l'ensaïmada la duim els porrerencs".

Una ensaimada de unos 80 kilos, que había preparado el pastelero Benet Barón con 120 huevos, 10 kilos de azúcar, 36 kilos de harina, 12 litros de agua y unos 40 kilos de saïm, "han sido prácticamente dos días de trabajo llevados con mucha satisfacción" afirmaba Barón. Una vez llegada la 'procesión' a la Avinguda Bisbe Campins y haber hecho los honores a los diversos patrocinadores, llegaba el momento de intentar conseguir un trozo del tan esperado dulce. Entre empujones y en solo menos de dos minutos no quedó rastro de los 80 kilos de ensaimada. Cabe recordar que la fiesta en sus primeros años consistía en un momento para que un grupo de empresarios de la restauración, de la zona de Plaça, dieran por finalizado el trabajo realizado durante las largas jornadas festivas.