Las cabras de la Serra de Tramuntana están descendiendo de las cimas hasta los pueblos de la zona en busca de agua y pasto. Las elevadas temperaturas son una de las causas de este movimiento, además de una sobrepoblación, reconocida por las autoridades.

Este acercamiento de las cabras a las poblaciones crea graves problemas de seguridad en caminos y carreteras. ya han causado algunos accidentes.

Por otra parte también ocasionan perjuicios a la agricultura y a propiedades. Antoni Solivellas, alcalde de Escorca explica que "al no tener comida en las cumbres buscan en los valles y se meten en explotaciones como viñas o huertos causando daños". El responsable municipal también indica que "buscan agua en piscinas y por ello invaden jardines".

Miquel Àngel March, alcalde de Pollença, que además ha sido presidente del GOB durante años indica que "el problema de las cabras es grave. Pasando sobre el problema a la agricultura, que lo es; es preciso indicar que representan un peligro para la flora autóctona y pueden significar la extinción de especies muy frágiles de nuestras montañas".

March cuenta que "en la zona del Port de Pollença representan un serio desafío porque descienden por Bòquer hasta la zona urbana buscando comida en las papeleras".

Recursos

Evidentemente se trata de animales salvajes que buscan recursos para sobrevivir. Se ha dado el caso del propietario de un automóvil del Moll, que se encontró un macho cabrío sobre su coche desde donde comía las hojas de un árbol. El corpulento animal, en su intento por acceder, había golpeado toda la chapa del vehículo con sus pezuñas.

En las inmediaciones del faro de Formentor es habitual ver a las cabras entre los turistas. Los animales han adoptado la costumbre de acercarse ante la imprudente práctica de darles pan y otros alimentos. En este lugar los animales se han acostumbrado tanto que incluso suben sobre las mesas del merendero pidiendo comida.

Varios alcaldes de municipios afectados coinciden en afirmar que la única solución es una actuación conjunta. March dice que "sólo se podrá controlar el problema actuando de forma combinada y constante. La Conselleria elaboró un plan para la reducción de ejemplares que se debe aplicar cuanto antes".

Caza mayor

Joan Sastre, alcalde de Selva, dice que "además se puede fomentar la práctica de la caza mayor y que incluso sea un recurso aprovechable". March coincide pero opina que "es sólo de forma marginal, porque sólo con la caza no será suficiente".

Desde la conselleria de Medio Ambiente se indica que efectivamente se trata de una especie sin enemigos naturales cuyo número ha ido en aumento hasta el punto de que en estos momentos representa un grave peligro para la flora autóctona.

El Colegio de Ingenieros de Montes en Balears, es otra de las entidades que se ha sumado a las advertencias de peligro.