El ayuntamiento de Artà no quiere que el próximo verano se repitan las imágenes de colapso de vehículos sobre el sistema dunar y el torrente de Cala Torta. La gestión y explotación de la playa ha sido en las últimas décadas entendida solo como el aprovechamiento del espacio como recurso turístico y recreativo, sin una planificación, ordenación y gestión. "Este hecho ha generado una degradación constante del espacio litoral, con una serie de actividades que han ido en detrimento de la estabilidad del conjunto natural", apunta el plan de gestión preparado por el Ayuntamiento, impulsado por la concejala de Medio Ambiente, Aina Comas (Alternativa).

De ahí que se quiera prohibir definitivamente el tráfico rodado hasta las inmediaciones de Cala Torta, alejándolo y redirigiéndolo hacia áreas exteriores de estacionamiento alternativo que no afecten al lecho del torrente y a la necesaria regeneración de las dunas. El consistorio propone hasta tres zonas de párking: En primer lugar el aprovechamiento del estacionamiento ya habilitado antes del lecho torrencial. En segundo la habilitación del vial rodado con acceso peatonal a la cala. Y una tercera opción que sería un aparcamiento de mayores dimensiones que dé cabida conjuntamente a los usuarios de Cala Torta, Cala Mitjana y Cala Estreta, con accesos peatonales y cerrando los de vehículos hacia las tres.

Otro de los puntos a tener en cuenta en la nueva gestión municipal de Cala Torta, es la intención de recuperar la gestión del chiringuito situado a pie de playa, y cuya concesión finaliza en julio de 2018. El Ayuntamiento cree que él debe ser quien tenga la potestad a la hora de decidir quién lo gestiona y si debe recolocarlo o no, y no Demarcación de Costas quien ha sido quien, desde su creación en 1968 ha administrado y dado en concesión el quiosco de forma poco clara.

El consistorio artanenc no quiere el actual chiringuito de obra (que además no sería legal como en el caso de los de Es Trenc de Campos), sino que aboga por uno desmontable de un máximo de 70 metros cuadrados, tal y como estipula la ley. Además de poder sacar un rendimiento económico de la concesión.

Por otro lado en el plan de gestión también se tiene en cuenta la necesidad de regular la presencia de cabras asilvestradas en el entorno de Cala Torta.

Cabe recordar que, recientemente, el grupo ecologista GOB también se expresó de forma contundente sobre el chiringuito de Cala Torta. No en vano, éste y otros edificados en primerísima línea del litoral mallorquín están en el punto de mira, sobre todo a raíz de una resolución judicial.