"Si el Govern no hace nada por evitarlo, la Marina de Llucmajor acabará convertida en un polígono lleno de infraestructuras energéticas: dos líneas de alta tensión con 110 torres de 40 metros de altura, todas las líneas de media tensión que vienen asociadas a las líneas de alta tensión y dos parques fotovoltaicos que ocuparán una extensión equivalente a 110 campos de fútbol". Es la advertencia que ayer hizo la plataforma Alta Tensió Llucmajor, contraria a dichas iniciativas. Mediante una nota informó de que Red Eléctrica de España ha comenzado la instalación de la línea de alta tensión que conectará la subestación de la ciudad de Llucmajor (cerca del instituto y la carretera de Algaida) con la nueva subestación denominada Cala Blava (pero en realidad junto al Camí de s´Àguila, en plena Marina, a poca distancia del restaurante Cas Busso).

Alta Tensió Llucmajor denuncia "falta de transparencia" e insiste en reivindicar la retirada del proyecto por su impacto, apostando por aprovechar la infraestrura ya existente, una infrautilizada línea de alta tensión de 66kV.

Tanto la plataforma como el GOB y Terraferida tienen la esperanza de que la "insuficiente" ampliación de las ZEPA sea, como mínimo, motivo de un nuevo plazo para presentar alegaciones y requerir una nueva evaluación de impacto ambiental de la línea Cala Blava-Arenal. Las nuevas líneas son tachadas de "sobredimensionadas" e "innecesarias".