Al lado mismo de la boyante y despreocupada zona turística de Cala Millor y Cala Bona permanece, más ignorado que escondido, un vasto patrimonio vinculado a la Guerra Civil y, más en concreto, al desembarco de Alberto Bayo en la zona. Son los vestigios de algo que nunca debía haber pasado pero, dado que ocurrió, conviene no ignorarlos más para así conocernos mejor y prevenir nuevos tropiezos monumentales y dramáticos.
Los investigadores y arqueólogos de Balears y de la Universitat de Barcelona se sorprenden de la gran cantidad de trincheras y pozos que hallan en las inmediaciones del Puig de sa Font, Son Corb y Na Penyal. Son estructuras de piedra, en algunos casos de hasta 55 metros de longitud y parcialmente expoliadas, realizadas tanto por el bando nacional como el republicano.
Han debido pasar más de 80 años para que el lugar pueda ser investigado en serio. Queda por delante un lustro de trabajo. Es una evidencia de lo mucho que queda por hacer en todo lo relacionado con la Guerra Civil. Cuanto antes se haga mejor se conocerá la historia, se cerrarán viejas heridas y se avanzará como sociedad madura consecuente con sus antecedentes y condicionantes.
