Una veintena de vecinos del puerto de Alcúdia se concentraron ayer a mediodía en la estación marítima, convocados por la plataforma Salvem el Moll, para denunciar las "continuas agresiones" ambientales que padece la localidad costera.

La protesta fue organizada para expresar el rechazo vecinal a la posible futura construcción de una planta de almacenamiento y distribución de cemento en la dársena comercial, una actividad que, según la plataforma, tendrá un gran impacto ambiental en una zona que ya sufre otras presiones como el transporte de carbón, la existencia de un almacén de chatarra "sin licencia" o la futura ampliación del puerto deportivo de Alcudiamar, entre otras. "No queremos ser el basural de Mallorca", apuntó el portavoz de Salvem el Moll, Josep Alonso, que anunció próximas movilizaciones para defender el puerto de estas amenazas.

Alonso consideró una "victoria" de la plataforma el hecho de que el consejo de administración de la Autoritat Portuària de Balears (APB) dejase sobre la mesa el miércoles la aprobación del proyecto técnico de la citada planta de cemento para recabar más información ambiental a propuesta del ayuntamiento de Alcúdia. La plataforma acusa a la APB de "actuar de forma totalmente perversa" en esta cuestión, ocultando información. "No basta con la publicación de un edicto en el BOE, debe convocar a los vecinos e informar del proyecto", apuntó Alonso. "La APB debe acabar con las políticas de agresión contra el puerto de Alcúdia, no queremos que entre la basura de Mallorca", añadió el portavoz de la entidad cívica, que también criticó el papel de los cargos del pacto de progreso que forman parte del consejo de administración de la APB y "prefieren mirar hacia otra parte". Además, acusó a la administración portuaria de "maniobrar para adjudicar de forma directa el proyecto a una empresa concreta", Transpulve 2009 S. L., promotora del proyecto que pretende ocupar una superficie de 2.154 metros cuadrados en el muelle y construir tres silos de cemento de 18 metros de altura.

Algunos de los vecinos que secundaron la protesta denunciaron el estado de degradación que padece el puerto 'alcudienc'. "Soy pescador desde hace muchos años y puedo decir que han terminado con las praderas de posidonia del puerto; hace unos días había más de veinte barcos fondeados sin control en la zona de Alcanada", explicó.

Por su parte, el alcalde de Alcúdia, Antoni Mir (El Pi), explicó ayer que el proyecto "cumple los parámetros urbanísticos" y que, en caso de ser aprobado por la APB, competente en esta zona de litoral, el Ayuntamiento estaría obligado a otorgar la licencia de actividades.

Mir añadió que los informes técnicos elaborados por el Ayuntamiento concluyen que el proyecto respeta la normativa, pero "recomiendan que el estudio de impacto ambiental sea más explícito". Por este motivo, la APB decidió aplazar la adjudicación. "El Ayuntamiento tratará en todo momento de garantizar que se cumpla la legalidad, imponiendo prescripciones ambientales".