El Claustre de Sant Bonaventura fue ayer escenario de la charla Les Zones d'Especial Protecció per a les Aus (ZEPA) a Llucmajor. Tal y como vienen haciendo el Govern balear y el Consell de Mallorca desde que se anunciara, hace unos meses, la creación de nuevas áreas en la isla, reiteraron ante el público asistente que las nuevas ZEPA no conllevarán prohibiciones ni cambios.

Un considerable número de cazadores, payeses y propietarios expresaron su preocupación ante hipotéticos perjuicios por restricciones en la caza, cambios en la actividad agrícola y ganadera, problemas con las obras urbanísticas, pérdida de valor de las fincas, etc. En contraste, Consell y Govern remarcan que se podrá continuar con la actividad normal de la caza y el sector primario tampoco se verá afectado. Subrayan que las ZEPA representan una normativa ambiental y que el urbanismo seguirá marcado por el planeamiento municipal y las leyes superiores existentes.

En concreto, la charla de ayer fue presentada por el actual regidor de Medio Ambiente Jaume Tomàs (alcalde llucmajorer en la parte inicial de esta legislatura). Las intervenciones corrieron a cargo de Miquel Mir, director general de Espais Naturals i Biodiversitat del Govern y Joan Manera, director insular de Cooperación Local y Caza, de Més.

En el debate también se comentó la disminución de la población de conejos y perdices en la Marina. Se constató que hay quienes culpan directamente a las milanas y quienes achacan la reducción a determinadas enfermedades hemorrágicas.

La polémica creación de nuevas ZEPA se focaliza en Llucmajor, Maria, Llubí, Santa Margalida, Vilafranca, Porreres y Felanitx.