La entidad social Amadiba estaría dispuesta a vender al ayuntamiento de Santa Margalida la antigua destilería que recibió en herencia de Feliciano Fuster por la mitad de su precio de mercado, fijado aproximadamente en un millón de euros.

La presidenta de la asociación, Elvira Jiménez, cree que una venta al Ayuntamiento de la parcela legada por el exingeniero sería la mejor solución para todas las partes y reiteró su voluntad de "negociar" con la institución municipal para que el antiguo complejo industrial, hoy en situación de abandono, revierta en los ciudadanos de Santa Margalida, ya que Amadiba no puede hacer frente al elevado coste que supone la reforma del conjunto.

Jiménez confirmó que Amadiba ha aceptado la herencia de Feliciano Fuster a beneficio de inventario, lo que significa que ni asume ni renuncia a la propiedad a la espera de conocer las posibles cargas impositivas o deudas que afectan a la antigua propiedad del expresidente de Endesa fallecido en el año 2012. "El testamento de Fuster está judicializado, un proceso que puede prolongarse durante mucho tiempo, y nosotros no queremos aceptar la herencia hasta que conozcamos a qué nos enfrentamos", explicó.

Ca na Marona

El esfuerzo inversor de la entidad Amadiba en Santa Margalida se ha centrado en la adquisición y posterior reforma del casal de Ca na Marona, donde ha habilitado una residencia para sus pacientes, afectados por una discapacidad intelectual. Elvira Jiménez apunta que la creación de este centro ya habría cumplido la última voluntad de Feliciano Fuster, que legó la antigua fábrica a Amadiba con la condición de crear un equipamiento social en sus instalaciones. El objetivo de la asociación es el de obtener unos ingresos por la venta de la destilería al Ayuntamiento que se destinarían a cancelar la hipoteca formalizada para la compra de Ca na Marona.

En la anterior legislatura ya hubo reuniones entre el Ayuntamiento y Amadiba para negociar la posible compraventa de los terrenos de Fuster, aunque no llegaron a fructificar por la negativa del actual alcalde Joan Monjo, que no está por la labor de pagar casi medio millón de euros por unos terrenos que todavía no han sido aceptados por la entidad beneficiaria del testamento.

La máxima responsable de Amadiba asegura que la entidad no tiene intención de vender la parcela a ningún particular. "No vamos a especular ni vender el solar para que se construyan viviendas, queremos que la finca sea para el disfrute del pueblo de Santa Margalida", apuntó Jiménez.

Hay que tener en cuenta que un veinte por ciento de la vieja destilería pertenece a dos sobrinas de Fuster que, según Jiménez, estarían dispuestas a vender su parte. Otra opción sería parcelar el terreno para que cada propietario decida el futuro de sus terrenos.