En declaraciones a este diario, el alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo (Convergència-El Pi), instó ayer a Amadiba a decidir de forma definitiva si acepta o bien renuncia a la propiedad de la antigua fábrica de licores de Santa Margalida que el ingeniero Feliciano Fuster, fallecido en 2012, legó a la entidad social con la condición de habilitar un centro para discapacitados en la parcela.
La entidad dedicada al cuidado de personas con discapacidad intelectual, que desde el primer momento ha admitido que no tiene recursos económicos para cumplir con la voluntad de Fuster, todavía no ha asumido la propiedad del antiguo conjunto industrial, de unos 6.000 metros cuadrados, y ha aceptado la herencia a beneficio de inventario, una fórmula legal mediante la que los aceptantes no adquieren responsabilidad por las obligaciones de la masa hereditaria ni las posibles deudas que afectarían a la propiedad. En caso de no aceptar la herencia, el inmueble pasaría a ser propiedad del Ayuntamiento y la parroquia a partes iguales.
Esta situación deja a la antigua propiedad de Feliciano Fuster en la Vila en un limbo legal que, según el alcalde, dificulta su mantenimiento. Actualmente, el conjunto atraviesa un grave problema de abandono, lo que motivó que se produjera un pequeño incendio el pasado mes de mayo. Los vecinos han denunciado en diversas ocasiones el riesgo que supone la situación actual de degradación del conjunto patrimonial.
Además, Monjo denuncia que la actual propiedad de la destilería, que en un ochenta por ciento pertenecería a Amadiba y otro 20 por ciento a partes iguales entre dos familiares de Fuster, no paga la contribución urbana desde hace "tres o cuatro años". "Si no pagan el IBI deberemos embargar la finca", amenazó ayer el regidor.
Orden de ejecución
Monjo explicó que hace unos quince días firmó una orden de ejecución para limpiar y cerrar el solar que ya ha sido notificada a los familiares de Feliciano Fuster, pero no a Amadiba, entidad que el Consistorio no reconoce como propietaria de la vieja fábrica. En caso de que los herederos no contesten, el Ayuntamiento ejecutará la actuación, valorada en una cantidad cercana a los 15.000 euros, y después pasará la factura a los beneficiarios de la herencia.
Un informe elaborado por el celador municipal concluye que el edificio está en un serio riesgo de ruina y constituye un peligro, con amenaza de derrumbe. El coste de la reforma se situaría entre 1,2 y 1,5 millones de eurosEl coste de la reforma se situaría entre 1,2 y 1,5 millones de euros, "una cantidad muy superior a lo que valen los terrenos", según el alcalde Monjo.
El principal grupo de la oposición, Suma pel Canvi, criticó anteayer la "improvisación" del Ayuntamiento en relación a los terrenos de Fuster y recordó que en enero ya se aprobó una orden de ejecución para limpiar el solar que no ha llegado a cumplirse. Suma considera que la orden firmada hace varias semanas "llega tarde" y estuvo "claramente motivada" por el citado incendio de mayo. Además, la coalición cree que esta actuación es "insuficiente" porque los terrenos "necesitan de un mantenimiento continuo para evitar su degradación".
